Cuando un museo exhibe una obra de arte, generalmente intenta mostrarla completa. Es raro ver una pintura a la que le falte la mitad del lienzo o un tapiz con un lado deshilachado. Pero cuando se trata de estatuas romanas antiguas, es casi normal que estén un poco rotas. Si paseas por cualquier museo de arte clásico, probablemente verás narices destrozadas, dedos partidos y una gran cantidad de cabezas cortadas.
Entonces, ¿por qué hay tantas estatuas romanas sin cabeza? Responder a esa pregunta requiere un trabajo de “investigación científica arqueológica”, dijo Rachel Kousser, profesora de estudios clásicos e historia del arte en el Brooklyn College y la City University de Nueva York.
“Estás tratando de observar el contexto de la escultura; estás tratando de observar la rotura en sí misma”, explicó. “Estás pensando en patrones que has visto en otras esculturas”. Aunque a menudo no es posible saber con certeza cómo una estatua perdió la cabeza, este tipo de pistas han llevado a los arqueólogos a algunas causas comunes.
Decapitaciones antiguas
Kousser dijo que la primera y más mundana razón por la que tantas estatuas son decapitadas es que el cuello es un punto débil natural en el cuerpo humano. Cuando una estatua se cae después de años de estar expuesta, es transportada por todo el mundo o cambia de dueño, el cuello es generalmente el primer lugar en romperse.
Pero las cabezas rotas no siempre son un accidente; a veces, los romanos destrozaban deliberadamente sus propias estatuas. En un proceso llamado “damnatio memoriae”, el Senado romano podía votar para condenar la memoria de un emperador especialmente odiado después de su muerte. Si la votación era aprobada, el Senado borraba el nombre del emperador de los registros, confiscaba su propiedad y desfiguraba sus retratos y estatuas. Según Kousser, el infame emperador Nerón fue un ejemplo de esto, y muchos de sus retratos fueron dañados o retrabajados.
Es más, los escultores romanos a veces diseñaban deliberadamente sus estatuas con cabezas removibles que “sobresalían” del cuello. Según Kenneth Lapatin, conservador de antigüedades del Museo J. Paul Getty de Los Ángeles, este diseño les permitió utilizar materiales diferentes para el cuerpo y el rostro, tener a distintos escultores trabajando en la misma estatua o incluso reemplazar la cabeza por completo en el futuro. Estas estatuas son claramente reconocibles porque los cuerpos tienen un agujero donde el escultor podría insertar el cuello y la cabeza tiene un borde suavemente tallado donde termina el cuello, en lugar de una rotura irregular.
Decapitaciones modernas
En raras ocasiones, se han quitado las cabezas de las estatuas en los tiempos modernos, dijo Lapatin. Las esculturas romanas se venden por mucho dinero en el mercado de antigüedades y los comerciantes de arte sin escrúpulos descubrieron que podían obtener más dinero vendiendo dos artefactos en lugar de uno, por lo que decapitaron las estatuas ellos mismos.
La Estatua de una mujer vestida en el Getty es un ejemplo de esto. Cuando el museo adquirió la estatua de 2,1 metros en 1972, lo único que quedaba era el cuerpo, pero las fotografías de archivo mostraban que la mujer esculpida tenía cabeza al menos hasta la década de 1930. Cuando el conservador principal del museo se dio cuenta de que un comerciante de antigüedades vendía una cabeza que se parecía sospechosamente a la de la estatua rota de su colección, quedó claro que alguien las había dividido en algún momento durante el siglo XX.
“No conocemos los detalles, pero parece que quien hizo esta operación pensó que probablemente podría obtener mejores resultados vendiendo una estatua sin cabeza por un lado y una cabeza por el otro”, dijo Lapatin, que no participó directamente en la compra o restauración de la estatua.
Fuente: Live Science.