Las tarántulas son peludas para evitar que las hormigas se las coman vivas, según estudio

Biología

Las tarántulas son peludas para que las hormigas guerreras que limpian sus hogares no se las coman vivas, sugiere un nuevo estudio. El estudio, publicado el 6 de agosto en el Journal of Natural History, propone varias ideas nuevas sobre las relaciones de las tarántulas con otras especies, incluidas sus interacciones sorprendentemente pasivas pero a veces violentas con las hormigas depredadoras.

Se sabe que las hormigas depredadoras, u hormigas guerreras, cazan arañas vivas, pero cuando se las observó buscando comida en las madrigueras de las tarántulas sudamericanas, tendían a ignorar a las tarántulas adultas y a sus crías. En los raros casos en que las hormigas atacaron, los pelos rígidos de las tarántulas ofrecieron una protección adecuada.

“El denso pelo que cubre el cuerpo de la tarántula hace que sea difícil para las hormigas morder o picar a la araña”, dijo en un comunicado el autor principal del estudio Alireza Zamani, aracnólogo de la Universidad de Turku en Finlandia. “Por lo tanto, creemos que la vellosidad puede haber evolucionado como un mecanismo de defensa”.

Zamani y sus colegas exploraron las complejas relaciones entre las tarántulas y otros animales revisando estudios científicos previos y reuniendo nuevas observaciones de campo y de las redes sociales. Los investigadores descubrieron que las hormigas guerreras ayudan a las tarántulas fosoriales (las que viven en madrigueras) eliminando la comida vieja de sus madrigueras. Sin embargo, las arañas aún necesitaban protección en caso de que las hormigas las picaran. Esta hipótesis de defensa con pelos está respaldada por estudios previos que sugerían que las tarántulas excavadoras cubren sus sacos de huevos con pelos para ayudar a evitar que las hormigas las ataquen.

Avicularia hirschii colgando de una hoja para escapar de las hormigas guerreras. Crédito de la imagen: Emanuele Biggi.

Además, el equipo descubrió que las tarántulas arbóreas menos peludas (y, por lo tanto, potencialmente más vulnerables), incluida la Avicularia hirschii en Perú, han desarrollado diferentes estrategias de defensa contra las hormigas. Por ejemplo, en una observación, los investigadores vieron a A. hirschii colgarse de la punta de una hoja para escapar de las hormigas en la caza de presas, según el comunicado.

Aunque las relaciones entre tarántulas y hormigas pueden ser tensas, los investigadores descubrieron que las tarántulas disfrutan de interacciones más amistosas con los anfibios, que a veces viven en sus madrigueras. El estudio describió más de 60 asociaciones entre tarántulas y anfibios en 10 países diferentes, así como relaciones con serpientes y otras arañas.

“Aparentemente, las ranas y los sapos que viven dentro de los refugios de las tarántulas se benefician del refugio y la protección contra sus depredadores”, dijo Zamani. “A su vez, se alimentan de insectos que podrían ser dañinos para la araña, sus huevos y sus crías. Parece que las tarántulas podrían no ser tan aterradoras y amenazantes como sugiere su reputación”.

Fuente: Live Science.

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