En Jamestown, Virginia –el primer asentamiento inglés permanente en América– hay una distintiva lápida negra que se cree que marca el lugar de descanso de un caballero. Ahora, los investigadores creen haber descubierto de dónde procede la piedra.
Aunque en los documentos históricos se describe la lápida como “mármol”, en aquella época este término se aplicaba a cualquier tipo de roca que pudiera pulirse. La placa de mineral, que data de 1627, es en realidad piedra caliza. El equipo de investigación, del Dickinson College de Pensilvania y del Servicio Geológico de California, examinó las diminutas conchas de organismos unicelulares incrustadas en la roca sedimentaria para ayudar a localizar su origen, utilizando los microfósiles para determinar que se originó en Bélgica.
“En aquella época, los colonos adinerados de la región Tidewater de la bahía de Chesapeake seleccionaban preferentemente ‘mármol’ negro para sus lápidas, que en realidad era piedra caliza negra pulida y de grano fino”, escriben los investigadores en su artículo publicado.
“La icónica lápida del caballero de Jamestown es una de esas piedras. El objetivo de este proyecto era determinar el origen de esta piedra para ayudar a comprender las rutas comerciales de esa época”.
Es poco probable que los colonos ingleses de Jamestown tuvieran las herramientas o las habilidades para hacer lápidas de esta naturaleza, lo que sugiere que el adorno altamente pulido podría haber sido importado. Un análisis de los fragmentos de lápidas reveló restos fosilizados de un grupo diverso de protistos con concha llamados foraminíferos, incluidas las especies Omphalotis minima, Paraarchaediscus angulatus y Paraarchaediscus concavus, y uno más de cada uno de los géneros Endothyra, Omphalotis y Globoendothyra que no se identificaron a nivel de especie.
La combinación de microfósiles coexistentes excluyó a América del Norte como origen de la losa de piedra caliza, lo que apunta en cambio a un lugar sobre el Atlántico, más parecido a Irlanda o Bélgica. Como ya se habían encontrado lápidas coloniales similares en la bahía de Chesapeake en Bélgica, y dado que el país europeo se había establecido como centro de exportación de “mármol” negro desde la época romana, los investigadores estaban seguros de que un artesano de esta región había elaborado la lápida.
Ya en la Edad Media, los miembros de la clase alta adinerada de Inglaterra conmemoraban a sus muertos utilizando estas costosas lápidas, algo que los colonos de Jamestown seguramente conocían.
“No nos dimos cuenta de que los colonos encargaban lápidas de mármol negro de Bélgica como nosotros pedimos artículos de Amazon, solo que mucho más lento”, dijo el primer autor y geocientífico Markus Key del Dickinson College a Sandee Oster en Phys.org.
Debido a su antigüedad y su posición destacada en la iglesia local, los expertos han pensado durante mucho tiempo que la tumba pertenecía al caballero Sir George Yeardley, que llegó a Jamestown en 1610. Es muy posible que encargara la lápida como símbolo de su estatus y riqueza. Aunque el estudio no se centró en el propietario de la lápida, el hecho de que la piedra fuera enviada desde Bélgica confirma aún más la hipótesis de que la tumba pertenecía a Yeardley, que habría buscado seguir las modas de su tierra natal.
“Se espera que los resultados de este estudio ayuden a refinar la geografía y la cronología de las rutas comerciales del Atlántico Norte del siglo XVII entre Europa continental (especialmente Bélgica), Inglaterra y la Virginia colonial”, escriben los investigadores.
La investigación ha sido publicada en el International Journal of Historical Archaeology.
Fuente: Science Alert.