Huesos increíblemente preservados de un extinto mono caribeño son hallados por buzos

Biología

Un equipo de buceadores de cuevas y científicos ha descubierto un nuevo conjunto de fósiles de monos extintos sumergidos en las profundidades de los pasajes submarinos de una cueva del Caribe. Hace cuarenta años, sólo se habían encontrado unos pocos restos bien conservados de monos del Nuevo Mundo en las islas caribeñas de La Española y Jamaica, pero fue suficiente para dar pistas sobre una parte faltante de la historia evolutiva de los primates.

Una de estas especies fósiles era el mono de La Española (Antillothrix bernensis), conocido sólo por un hueso del tobillo y algunos trozos de mandíbula rota. Pero con las mejoras en la seguridad y la tecnología del buceo en cuevas, los investigadores han investigado más profundamente en los sistemas de cuevas inundadas de las islas desde 2009, y el primer cráneo de A. bernensis se encontró en 2011. Estas cavernas submarinas, importantes para el pueblo indígena taíno, están repletas de fósiles “notablemente bien conservados” que han permanecido allí durante milenios, protegidos del embate de las olas y los animales. Los últimos hallazgos, realizados en el sistema de cuevas de Cueva Macho, en el lado dominicano de La Española, aportan nuevos detalles a nuestra comprensión de la especie extinta.

“La cantidad y la calidad de los cráneos de Antillothrix descritos en este artículo nos permiten describir el cráneo por completo y comprender la variación entre individuos”, afirma la paleobióloga de la Universidad Johns Hopkins Siobhán Cooke. “Esto nos puede informar sobre la dieta y los sistemas sociales de estos animales”.

Se encontraron cuatro cráneos nuevos en la cueva, junto con tres mandíbulas nuevas. Con estas nuevas piezas del sistema de Cueva Macho, así como una mandíbula adulta encontrada en una cueva similar llamada Padre Nuestro, la especie completa de Antillothrix bernensis está ahora representada por siete cráneos casi completos, dos fragmentos de maxilares, un fragmento occipital, cinco mandíbulas completas y docenas de otros huesos que no son cráneos.

Juan Almonte-Milán inspecciona uno de los nuevos cráneos encontrados en la Cueva Macho. Phillip Lehman.

No parece gran cosa, pero esta colección –especialmente los cráneos– es muy útil para describir el tamaño, la dieta, las diferencias sexuales e incluso la vida social de los monos. Y eso es más detalle del que tenemos de cualquier otro mono caribeño.

“Estos nuevos especímenes, en combinación con los descritos anteriormente, permitirán un estudio detallado de la variación a nivel de población y especie, una oportunidad extremadamente rara para cualquier primate fósil”, escriben los autores en su artículo.

Este cráneo y mandíbula, fotografiados en el suelo de la cueva donde fueron encontrados antes de su recolección, podrían haber estado allí durante miles de años. Phillip Lehman.

Al analizar los fósiles, los investigadores estiman que los machos y las hembras tenían un tamaño similar, hasta 3,4 kilogramos, lo que sugiere que el apareamiento no era demasiado competitivo, y que podrían haber vivido en pequeños grupos familiares monógamos con crías que dependían de sus padres. Sus dientes redondeados, con caninos pequeños, habrían sido adecuados para una dieta de fruta, similar a los monos tití sudamericanos modernos, que tienen características físicas similares. Y parece que no tenían muelas del juicio, lo que es raro entre los primates. Es un misterio cómo estos monos entraron en las cuevas hace tantos años, pero basándose en el daño a los fósiles de mandíbula, Cooke sospecha que no fue por elección propia.

“Podría ser posible que un búho ahora extinto, que habría sido bastante grande, atrapara a estos monos y los llevara a la cueva donde vivía, en lugar de que los monos cayeran al azar”, dice. “Los depósitos de alimento de los búhos no son poco comunes en las cuevas de La Española”.

El mono de La Española se extinguió en los últimos 10.000 años, pero no está claro qué llevó a esta especie a la extinción.

“Estos fósiles nos ayudan a comprender mejor la anatomía del Antillothrix, lo que puede ayudarnos a identificar factores ecológicos que podrían haberlo predispuesto a la extinción… [y] en última instancia, guiar la política para preservar la diversidad de mamíferos restante en las islas del Caribe y en otros lugares”, dice Cooke.

Esta investigación fue publicada en Journal of Human Evolution.

Fuente: Science Alert.

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