Los arqueólogos han encontrado evidencia de una campaña militar asiria contra Judea que resultó en el asedio de Jerusalén. La campaña se inició en el año 701 a. C., cuando Senaquerib era rey de Asiria y Ezequías era rey de Judea. Senaquerib lanzó la campaña porque consideraba que Ezequías era un rey vasallo que debía obedecer a los asirios, pero Ezequías se negó y se rebeló contra él.
Los asirios conquistaron gran parte de Judea y sitiaron Jerusalén pero, por razones que no están claras, no lograron tomar la ciudad. La Biblia afirma que “el ángel del Señor salió y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento asirio” (2 Reyes 19:35), mientras que los registros asirios afirman que Ezequías pagó una gran cantidad de tributo para que los asirios dejaran en paz a Jerusalén.
Nueva evidencia
En el barrio Mordot Arnona de Jerusalén, los arqueólogos descubrieron un edificio administrativo que se utilizaba para la recaudación de impuestos en la antigüedad. El edificio sufrió una serie de cambios durante los siglos VIII y VII a.C.
Los arqueólogos descubrieron que durante el siglo VIII a.C., el edificio se utilizó como centro que procesaba los impuestos para Ezequías y contenía jarras con inscripciones que decían que los impuestos eran propiedad del rey. “Lo que vemos aquí es el generador económico del reino de Judea”, dijo Neria Sapir, director de excavación del sitio, en un video traducido publicado por la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA).
Sapir explicó que las jarras habrían ido al campo, donde las personas, posiblemente terratenientes o funcionarios del gobierno, habrían recaudado impuestos y los habrían pagado en productos agrícolas, posiblemente aceite de oliva. Algunas de las asas de las jarras contienen los nombres de las personas, posiblemente las que se aseguraron de que los impuestos se recaudaran y pagaran al rey.
Cuando Senaquerib invadió Judea, sus fuerzas destruyeron este edificio y lo redujeron a un montón de escombros. Sobre los escombros se colocaron grandes piedras de los cimientos del edificio para que fuera más visible para quienes se encontraban en los alrededores. El momento de la destrucción y el hecho de que las piedras de los cimientos se colocaran encima significa que es probable que la destrucción fuera intencional.
“Interpretamos estos cambios dramáticos como una declaración del gobierno imperial asirio, destinada a transmitir un mensaje político-diplomático a la región circundante y dejar claro ‘quién está realmente al mando'”, dijeron los directores de la excavación Sapir, Nathan Ben-Ari y Benyamin Storchan en un comunicado de la IAA.
Los arqueólogos descubrieron que durante el siglo VII a. C., el edificio fue reconstruido y se volvieron a utilizar jarras para recaudar impuestos. Pero esta vez, las inscripciones en las jarras eran diferentes, lo que indica que la gente no pagaba impuestos a Ezequías, sino al rey de Asiria. Esto indica que, si bien a Ezequías se le permitió seguir siendo rey de Judea, los asirios habían comenzado a cobrar impuestos de la zona que rodeaba Jerusalén.
Fuente: Live Science.