Cuando los investigadores pusieron sus manos por primera vez en una rana recién descubierta en las profundidades de los bosques de Panamá, se llevaron una sorpresa. El pequeño anfibio dorado dejó una impresión duradera, literalmente. Al manipular la rana, su pigmento amarillo brillante se les pegó a la piel, dejando sus dedos manchados con el mismo tono que le da su nombre a esta notable especie, Diasporus citrinobapheus.
La especie fue encontrada en las profundidades de las montañas del oeste de Panamá en 2012. La pequeña rana dorada, D. citrinobapheus, pertenece a la familia Eleutherodactylidae y fue descrita en un estudio. Su nombre, derivado de las palabras griegas para “amarillo cítrico” y “tinte”, se refiere a su coloración vívida, que incluso mancha los dedos de quienes la manipulan.
“Cuando finalmente capturamos los primeros individuos con la mano, notamos que tiñe los dedos de amarillo cuando se manipula”, dijo el investigador Andreas Hertz. “El nombre científico (Diasporas citrinobapheus) de esta nueva rana hace referencia a esta característica y significa rana de lluvia de tinte amarillo”.
Los machos miden entre 17,3 y 19,7 mm de longitud, lo que los hace diminutos en comparación con otras ranas de la región (aproximadamente del tamaño de una moneda). Las hembras, por otro lado, crecen un poco más, alcanzando unos 21,8 mm de longitud. Su pequeño tamaño, junto con su llamado agudo, hace que D. citrinobapheus sea una especie difícil de localizar y monitorear. De hecho, después de su descubrimiento en 2012, no se ha publicado mucho sobre ella.
Una de las características distintivas clave de Diasporus citrinobapheus es su vocalización. A diferencia de los agudos llamados “tink” comunes a otras especies de sus parientes, D. citrinobapheus emite un llamado ssimilar a un silbido. Este llamado no sólo es diferente en sonido sino también en su estructura: consiste en notas individuales organizadas en grupos de llamados, y cada grupo contiene entre ocho y diecisiete llamados. Estos silbidos se pueden escuchar principalmente después del anochecer, cuando los machos buscan atraer a sus parejas desde sus perchas altas en la densa vegetación.
Colorido, pero no está claro por qué
La coloración vívida de la especie también la distingue. D. citrinobapheus tiene una superficie dorsal de color amarillo brillante o naranja, a veces acompañada de manchas o puntos oscuros. Su vientre, sin embargo, es mayormente translúcido, lo que permite ver sus órganos internos, con algunas manchas blancas dispersas. Esta notable coloración no solo la hace destacar entre las ranas, sino que también plantea preguntas sobre su posible papel en los mecanismos de defensa del animal.
Curiosamente, cuando se manipula, D. citrinobapheus puede dejar una mancha amarillenta en la piel humana. Los investigadores han teorizado que esta coloración podría servir como defensa contra los depredadores, posiblemente por ser desagradable al paladar o por indicar toxicidad. Sin embargo, cuando se analizaron los alcaloides, los compuestos químicos responsables de la toxicidad en muchos anfibios, no se detectaron tales sustancias. Esto hace que los investigadores se pregunten si la pigmentación única de la rana es simplemente una peculiaridad evolutiva en lugar de una defensa activa.
“No podemos decir si el tinte es bueno como defensa contra los depredadores, ya que no pudimos encontrar ningún componente venenoso”, dice Hertz. “Tal vez el color se desvanece fácilmente y no tiene una función particular. Sin embargo, por ahora, esta peculiaridad de la nueva especie sigue siendo un enigma”.
Una nueva especie ya amenazada
El hábitat natural de Diasporus citrinobapheus son las elevaciones intermedias de la Cordillera Central, donde la especie se encuentra a altitudes entre 680 y 790 metros sobre el nivel del mar. La región se caracteriza por bosques densos, una mezcla de crecimiento primario y secundario, así como áreas agrícolas como plantaciones. A diferencia de algunos anfibios que están estrechamente vinculados a entornos prístinos, D. citrinobapheus parece adaptable, prosperando no solo en bosques vírgenes sino también en áreas perturbadas.
Si bien el descubrimiento de nuevas especies como Diasporus citrinobapheus es motivo de celebración, también sirve como un duro recordatorio de los desafíos que enfrentan los anfibios en América Central. Muchos de los anfibios de Panamá ya están en peligro de extinción, y existe una buena posibilidad de que esta rana amarilla también pueda estarlo en el futuro. Sin las medidas de conservación adecuadas, incluso las especies recién descubiertas pueden estar en peligro de extinción.
Mientras tanto, los bosques de Panamá siguen siendo un tesoro de biodiversidad. ¿Quién sabe qué nuevas y emocionantes especies descubrirán los científicos a continuación?
El estudio “Un enfoque integrador para revelar la especiación y la riqueza de especies en el género Diasporus (Amphibia: Anura: Eleutherodactylidae) en el este de Panamá” fue publicado en la revista Zoological Journal of the Linnean Society.
Fuente: ZME Science.