Los sapos pulga, como se les conoce a algunas especies del género Brachycephalus, miden menos de un centímetro en la edad adulta. Su tamaño es mucho menor que el de una uña.
El nombre de una nueva especie, B. dacnis, rinde homenaje al Proyecto Dacnis, una ONG de conservación, investigación y educación que mantiene áreas privadas de la Mata Atlántica, incluida aquella donde fue encontrado el animal, en Ubatuba, en la costa del estado de São Paulo, Brasil.
“Hay sapos pequeños que tienen todas las características de los sapos grandes, excepto el tamaño. Este género es diferente. Durante su evolución, sufrió lo que los biólogos llamamos miniaturización, que implica pérdida, reducción y/o fusión de huesos, así como menos dedos y ausencia de otras partes de su anatomía”, dijo Luís Felipe Toledo, autor correspondiente del estudio y profesor del Instituto de Biología (IB-UNICAMP).
Los resultados se publican en la revista PeerJ. B. dacnis es la séptima especie de sapo pulga descrita en el género Brachycephalus. Hasta hace poco, el género era conocido principalmente por especies de colores brillantes con veneno, como los sapos calabaza B. rotenbergae, B. ephippium y B. pitanga, pero ahora los investigadores están particularmente interesados en el tamaño diminuto de los sapos pulga.
Aunque los sapos calabaza son más grandes que los sapos pulga, tienen menos estructuras anatómicas. Curiosamente, por ejemplo, no son capaces de oír sus propias vocalizaciones debido a la falta de oído medio timpánico, como lo demuestra un artículo publicado en Scientific Reports en 2017.
Diversidad de ranas en miniatura
La especie recién descrita, B. dacnis, llamó la atención de los investigadores por sus vocalizaciones. Tiene la misma morfología que otra especie, B. hermogenesi. Ambos tienen piel de color marrón amarillento, viven en la hojarasca, no tienen renacuajos, pero emergen de sus huevos como miniaturas completamente formadas de la morfología adulta y se encuentran en la misma región. Sin embargo, sus cantos son diferentes.
La secuenciación de ADN confirmó que B. dacnis era efectivamente una especie nueva. Sin embargo, una visita a Picinguaba, un distrito de Ubatuba donde se encontraron los especímenes que permitieron la descripción de B. hermogenesi, mostró que B. dacnis también se encuentra allí.
“Es posible que haya especímenes pertenecientes a la nueva especie entre los que sirvieron como base para la descripción de B. hermogenesi en 1998″, dijo Toledo, sugiriendo el uso de herramientas de secuenciación de ADN histórico para aclarar cualquier incertidumbre restante. El ADN histórico se obtiene de especímenes de museos zoológicos y herbarios.
En su descripción de la nueva especie, además de los rasgos anatómicos necesarios, los investigadores incluyeron información sobre el esqueleto y los órganos internos, así como datos moleculares y detalles de sus vocalizaciones. Las descripciones de nuevas especies deben incluir estos detalles para poder distinguirlas de otras con mayor precisión, dado que muchas son crípticas y no se pueden diferenciar solo por la anatomía externa.
“La diversidad de estas ranas en miniatura puede ser mucho mayor de lo que pensamos. De ahí la importancia de describir la mayor cantidad posible de rasgos y características, para agilizar el proceso de descripción y comenzar a trabajar en la conservación lo antes posible”, afirmó Toledo.
Fuente: Phys.org.