Imagínate que estás caminando por una calle transitada de la India. Ves perros callejeros husmeando entre montones de basura, buscando restos, como hacen en muchas otras ciudades. Pero ¿y si te dijéramos que el color juega un papel clave en su estrategia? De hecho, algunos de estos perros se saltan un jugoso trozo de pollo o una sabrosa galleta si tienen algo más cerca: un simple cuenco amarillo.
Suena extraño, pero los investigadores del Instituto Indio de Educación e Investigación Científica de Calcuta publicaron recientemente un estudio que sugiere que los perros tienen una marcada preferencia por el color amarillo. De hecho, la preferencia es tan fuerte que los investigadores sospechan que podría ser algo que evolucionó en los lobos.
Los perros ven los colores de forma diferente a los humanos. Sus ojos tienen menos tipos de células sensibles al color, conocidas como conos, lo que significa que ven menos colores que nosotros. Mientras que los humanos tenemos tres tipos de conos que nos permiten percibir un amplio espectro que incluye rojos, verdes y azules, los perros tienen solo dos tipos, lo que hace que su visión sea similar a la de una persona daltónica. Esto significa que los perros distinguen principalmente entre tonos de azul y amarillo, pero los rojos, naranjas y verdes aparecen como tonos apagados de amarillo o gris.
Su percepción simplificada del color significa que, si bien no pueden captar por completo algunos de los rojos y verdes vibrantes que vemos los humanos, colores como el amarillo se destacan vívidamente en su mundo. Pero podría haber algo más en juego.
Una fuerte preferencia
Cuando los investigadores realizaron experimentos con 134 perros en libertad, cada perro se enfrentó a una elección: cuencos amarillos, azules o grises colocados en el suelo. Cada perro tuvo solo una oportunidad para elegir. Sorprendentemente, la mayoría de estos perros callejeros no dudaron: se dirigieron directamente al recipiente amarillo, significativamente más que al azul o al gris.
De 134 perros, 72 eligieron el amarillo, lo que lo convirtió en su claro favorito. Los investigadores repitieron la prueba sin comida y encontraron que los resultados eran consistentes: los perros no dudaron en elegir el amarillo sobre los otros colores. Esto fue más que una preferencia casual: fue una atracción fuerte y clara por el color amarillo, algo que no se había reportado previamente en perros callejeros sin entrenamiento. Pero los investigadores no se detuvieron allí.
El color sobre la comida

Para probar cuán poderosa era esta preferencia, presentaron a los perros otra opción más desafiante. Esta vez, los perros tuvieron que elegir entre un recipiente gris con comida (galletas o pollo) y un recipiente amarillo vacío. La lógica dice que un perro callejero hambriento debería elegir comida siempre, pero este no fue el caso.
La mayoría de los perros parecían estar más intrigados por el amarillo que por la comida. De 52 perros a los que se les dio una galleta en lugar de un cuenco amarillo vacío, 41 eligieron el cuenco amarillo. Incluso cuando se aumentó la apuesta con un tentempié más apetecible (pollo crudo), los resultados apenas cambiaron. De 61 perros a los que se les dio pollo, 47 siguieron eligiendo el cuenco amarillo vacío. Claramente, para estos perros, la atracción por el amarillo era más fuerte que su deseo de comer.
Los investigadores intentaron ver si el olfato también juega un papel. Probaron esta teoría ingeniosamente cubriendo cuencos pintados para que los perros pudieran oler pero no ver el color. Cuando hicieron esto, los perros no mostraron una preferencia clara, lo que demuestra que sus elecciones no estaban motivadas por el olfato. Se trataba de ver ese amarillo vibrante.
¿Qué causa esta atracción por el amarillo?
Los científicos tienen varias teorías. Una se relaciona con algo llamado “valencia ecológica”, donde los animales prefieren colores asociados con recursos beneficiosos o esenciales. Para un perro, el amarillo puede indicar algo valioso: comida, seguridad o comodidad. Esto podría estar relacionado con algo específico de este entorno indio, pero también podría ser algo que sucedió en su historia evolutiva antes de que los perros fueran domesticados.
“Para los perros indios que viven en libertad, la mayor parte de la comida disponible es de origen humano. Los indios suelen utilizar cúrcuma (amarilla) y chile seco (rojo) en su comida (observación personal), que a los perros les parecerán amarillas. Incluso la carne cruda (rosa) y la sangre (roja) les parecerán amarillentas”, escriben los autores del estudio, dirigidos por Anamitra Roy, del Instituto Indio de Educación e Investigación Científica (IISER). “Si este argumento se sostiene, esta preferencia por el amarillo podría ser anterior a la domesticación y reflejarse en los lobos modernos, que son los parientes más cercanos de los perros. Sin embargo, es importante recordar que, mientras hurga, un perro que busca comida amarilla se encontrará con muchos falsos positivos: basura no comestible amarilla, roja y verde generada por los humanos”.
Curiosamente, esta preferencia por el amarillo no se debe a que rechacen otros colores. Cuando los científicos probaron solo el azul frente al gris, los perros no mostraron una preferencia clara, lo que indica que su reacción no fue negativa hacia otros colores, sino fuertemente positiva hacia el amarillo.
Anteriormente, los estudios sobre las preferencias de color de los perros se centraban principalmente en las mascotas, utilizando un entrenamiento intensivo para comprender lo que los perros pueden percibir visualmente. El estudio de Calcuta es innovador precisamente porque involucró a perros que vivían libremente en entornos urbanos sin entrenamiento ni condicionamiento previos.
¿Amarillo para tus mascotas?
Estos hallazgos también podrían tener implicaciones importantes para los dueños de perros domésticos. ¿Podría tu perro también preferir el amarillo? ¿Le resultarían más atractivos los cuencos o juguetes amarillos? Aún no está claro, pero es muy plausible que tu mascota en casa comparta esta marcada preferencia visual con sus primos que viven en la calle. Incluso el equipo de rescate o captura de mascotas podría diseñarse de manera más efectiva si entendiéramos cómo reaccionan los perros a los colores de manera instintiva.
Las futuras investigaciones podrían incluir estudios comparativos que involucren lobos, perros domésticos y perros callejeros de diferentes regiones del mundo. Dichas investigaciones podrían arrojar luz sobre el origen evolutivo de esta marcada preferencia por el color. También podrían explorar si se dan preferencias similares en otros animales, ampliando así nuestra comprensión de la cognición animal y el papel evolutivo de la visión del color.
El estudio fue publicado en Animal Cognition.
Fuente: ZME Science.