Estudio vincula los patrones de sueño con la estabilidad de la glucosa

Salud y medicina

Una investigación dirigida por el Laboratorio de Ciencias de la Vida y Biomedicina de Westlake en China ha descubierto que la duración inadecuada del sueño y el inicio tardío del mismo están asociados con una mayor variabilidad glucémica en adultos. Los datos del monitoreo continuo de la glucosa (MCG) revelaron que aquellos que tenían un sueño corto persistente y se acostaban tarde experimentaron una mayor variabilidad glucémica en los niveles de glucosa en sangre, lo que puede tener implicaciones para la prevención y el control de la diabetes.

La regulación del azúcar en sangre desempeña un papel fundamental en la salud metabólica, y las fluctuaciones en los niveles de glucosa están relacionadas con las complicaciones de la diabetes. Investigaciones anteriores han identificado la falta de sueño como un factor de riesgo para el deterioro del metabolismo de la glucosa, pero los patrones de sueño a largo plazo y sus efectos sobre la variabilidad glucémica siguen sin explorarse. El equipo de investigación intentó abordar esa brecha de conocimiento mediante el seguimiento de las trayectorias del sueño a lo largo de varios años y la evaluación de su impacto en la regulación de la glucosa en sangre.

En el estudio titulado “Trayectorias de la duración del sueño, el momento del inicio del sueño y el monitoreo continuo de la glucosa en adultos”, publicado en JAMA Network Open, los investigadores llevaron a cabo un estudio de cohorte prospectivo para evaluar la relación entre la duración del sueño a largo plazo y el momento del inicio con la variabilidad glucémica.

El estudio analizó a 1.156 participantes, de entre 46 y 83 años, del Estudio de Nutrición y Salud de Guangzhou, una cohorte comunitaria en curso en Guangdong, China. Los participantes se sometieron a evaluaciones del sueño informadas por ellos mismos en múltiples visitas y usaron dispositivos CGM durante 14 días consecutivos para capturar las fluctuaciones de glucosa en la sangre en tiempo real.

Surgieron cuatro trayectorias distintas de duración del sueño: sueño inadecuado grave (4,7 a 4,1 horas por noche), sueño inadecuado moderado (6,0 a 5,5 horas), sueño inadecuado leve (7,2 a 6,8 horas) y sueño adecuado (8,4 a 8,0 horas). Se identificaron dos grupos de tiempos de inicio del sueño: inicio temprano persistente del sueño e inicio tardío persistente del sueño.

El análisis del MCG encontró que los individuos en el grupo de sueño inadecuado severo tuvieron un aumento del 2,87 % en la variabilidad glucémica (coeficiente de variación, CV) y un aumento de 0,06 mmol/L en las fluctuaciones diarias medias de glucosa (MODD) en comparación con los del grupo de sueño adecuado. Los participantes del grupo que se acostumbró al sueño más tarde presentaron una variabilidad glucémica un 1,18% mayor y un aumento de 0,02 mmol/L en la MODD. Aquellos que experimentaron tanto sueño corto como sueño más tarde mostraron una mayor variabilidad glucémica en comparación con aquellos que tenían solo uno de los factores, lo que indica un efecto combinado en la regulación del azúcar en sangre.

La duración inadecuada del sueño a largo plazo y el inicio tardío del sueño se correlacionaron con mayores fluctuaciones de glucosa en sangre, lo que sugiere que ambos factores contribuyen a la desregulación metabólica. Los resultados sugieren que mantener una duración suficiente del sueño y un inicio más temprano del mismo puede ser un factor crucial para optimizar el control glucémico y mitigar los riesgos relacionados con la diabetes.

Fuente: Medical Xpress.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *