Cuando llegas a casa después de correr o de una sudorosa sesión de gimnasio, ¿meterás la ropa inmediatamente en la lavadora para que salga caliente? ¿O la dejarás en una silla (o en el armario del suelo) para volver a usarla al día siguiente?
A principios de este año, el gobierno francés causó revuelo con sus consejos sobre la frecuencia con la que se debe lavar la ropa. En el caso de la ropa deportiva, recomienda usarla hasta tres veces antes de lavarla.
Esto se debe a preocupaciones ambientales legítimas: cada ciclo de lavado consume una cantidad considerable de agua y energía. Los lavados frecuentes también pueden degradar las telas más rápidamente, lo que contribuye a la generación de residuos textiles.
¿Pero qué pasa con nuestra salud? Si la idea de volver a usar tu camiseta apestosa o tu sujetador deportivo húmedo te da asco, esto es lo que necesitas saber.

Ropa deportiva y sudor
Antes, la ropa deportiva solía confeccionarse con fibras naturales (principalmente algodón). Ahora, se fabrica principalmente con tejidos sintéticos de alto rendimiento. Estos están diseñados para controlar la humedad, regular la temperatura, mejorar la transpirabilidad y controlar el olor.
Sin embargo, las investigaciones han demostrado que este tipo de ropa deportiva, especialmente las de tela sintética, pueden albergar cantidades significativas de bacterias después de un solo uso. El poliéster atrapa la humedad, creando los microambientes cálidos y húmedos que prefieren las bacterias.
Cuando la ropa está húmeda, incluso por el sudor, las bacterias se multiplican mucho más rápido. Existe una correlación directa entre la cantidad de bacterias presentes y la intensidad del olor. Sin embargo, las investigaciones muestran que las innovaciones en textiles, como la integración de nanopartículas de plata en las fibras, tratamientos basados en aceites esenciales, tratamientos antimicrobianos de larga duración e innovaciones en fibras estructurales, están haciendo que las prendas sean más duraderas y mejores para controlar las bacterias.
Entonces, ¿es seguro volver a usar la ropa del gimnasio?
Esto depende de varios factores:
Tipo de tela
Las fibras naturales como el algodón multiplican menos las bacterias que causan mal olor que las sintéticas. Por lo tanto, si usas estas telas para hacer ejercicio, podrían durar varias puestas antes de necesitar un lavado.
Intensidad del ejercicio y nivel de sudoración
Las actividades de baja intensidad que generan una cantidad mínima o baja de sudor (incluido el yoga suave o caminar) pueden permitir más usos que los entrenamientos de alta intensidad, ya que la proliferación bacteriana se correlaciona directamente con los niveles de humedad en las telas. De hecho, los consejos del gobierno francés reconocen que la frecuencia con la que lavas tu ropa deportiva depende de cuánto sudas.
Estación
El clima (temperatura, humedad y circulación del aire) afecta significativamente la proliferación de bacterias en las telas. Por lo tanto, puede ser más sensato lavar la ropa con menos frecuencia en los meses más fríos, cuando se suda menos.
Salud personal
Algunas personas deberían tener más cuidado al volver a usar la ropa deportiva. Por ejemplo, quienes tienen afecciones cutáneas, sistemas inmunitarios comprometidos y son propensos a infecciones cutáneas. Entonces, si usas una camiseta de algodón y pantalones cortos y haces algo liviano, como caminar en el aire fresco de la mañana, es posible que puedas usarlos nuevamente una o dos veces (especialmente si los ventilas adecuadamente entre usos).
Sin embargo, la ropa sintética de alto rendimiento, o cualquier prenda que se use para entrenamientos moderados o intensos, debe lavarse después de cada uso (un ciclo de lavado en frío es suficiente). Esto es especialmente importante para las prendas que entran en contacto con zonas con alta carga bacteriana, como las axilas, las ingles o los pies.

Consejos para la ropa entre usos:
- Da la vuelta a las prendas (esto expone las bacterias al aire) y cuélgalas inmediatamente después de hacer ejercicio.
- Asegúrate de que los artículos estén completamente secos antes de guardarlos.
- Conserva en zonas bien ventiladas, nunca en recipientes cerrados como cestos o bolsas de ropa.
- Cuando sea posible, cuelga la ropa al sol: una breve exposición a los rayos UV proporciona beneficios antimicrobianos naturales.
- Mantén las prendas que has usado alejadas de la ropa limpia.
El resultado final
Al final, es una cuestión de elección personal: cada uno de nosotros debe sopesar los beneficios medioambientales con los posibles problemas de salud y los hábitos de ejercicio.
Pero algunos artículos siempre deben lavarse después de cada uso: sujetadores y ropa interior deportivos, calcetines, cualquier cosa visiblemente sucia o con mal olor y cualquier prenda usada durante entrenamientos de alta intensidad o cuando hace calor.
Fuente: The Conversation.