Los niños están tragando menos monedas y puede ser debido a que hay menos pagos en efectivo

Salud y medicina

El cambio en la forma de pagar podría estar evitando que muchos niños tengan que ir a urgencias. Según un nuevo estudio, el auge de los pagos sin efectivo en el Reino Unido parece estar asociado con una sorprendente disminución en el número de procedimientos para extraer monedas y otros objetos de la garganta, la nariz y la tráquea de niños pequeños.

Entre 2000 y 2022, investigadores examinaron más de 79.000 casos de extracción de cuerpos extraños en el sistema hospitalario del Reino Unido. La mayoría se produjeron en niños menores de 14 años. Pero algo cambió después de 2012, un año que marcó un punto de inflexión en la relación del público británico con el dinero en efectivo. Fue entonces cuando los pagos sin contacto empezaron a despegar. Y, al parecer, también lo hicieron las monedas de los bolsillos de los niños.

Menos monedas, menos emergencias. Gracias, ¿Apple Pay?

“Nuestra investigación muestra que el uso de métodos de pago sin efectivo en lugar de monedas ha ayudado potencialmente a mantener seguros a los niños y ha reducido la necesidad de cirugía”, dijo Akash Jangan, autor principal del estudio y médico especialista en oído, nariz y garganta (ENT).

Son pequeñas, brillantes, están por todas partes. Las monedas están implicadas en más del 75% de los cuerpos extraños ingeridos en niños menores de 6 años.

En 2006, el 62% de todos los pagos en el Reino Unido se realizaron en efectivo. Para 2021, esa cifra se había reducido a tan solo el 15%. A medida que las tarjetas de débito y los monederos digitales se generalizaron, las monedas físicas comenzaron a desaparecer de la vida cotidiana. Los investigadores se preguntaron: ¿podría la desaparición del dinero metálico reflejarse en los registros hospitalarios?

Para averiguarlo, recurrieron a las Estadísticas de Episodios Hospitalarios (HES), una extensa base de datos del NHS que registra los procedimientos hospitalarios. Se centraron en niños de 0 a 14 años y clasificaron los procedimientos en tres categorías: extracción de cuerpos extraños del tracto digestivo (incluyendo la garganta y el esófago), el tracto respiratorio (como la tráquea) y la cavidad nasal. Luego analizaron las tendencias antes y después de 2012.

Después de 2012, el número de extracciones de cuerpos extraños en el tracto digestivo disminuyó en aproximadamente 28 procedimientos al año. Las extracciones de cavidad nasal disminuyeron en 53. Los procedimientos en el tracto respiratorio también disminuyeron, aunque de forma más moderada, en aproximadamente 5 al año. Todas estas reducciones fueron estadísticamente significativas.

¿Coincidencia?

A pesar del ingenioso título del artículo —“¿Coincidencia?”—, los investigadores son cautelosos a la hora de atribuir culpa (o crédito) directa a la desaparición de las monedas.

Reconocen que estas tendencias probablemente sean multifactoriales. En otras palabras, el efectivo podría no ser la única variable.

De hecho, si bien las monedas se tragan con frecuencia, rara vez se introducen en la nariz. Sin embargo, la extracción de cuerpos extraños de la cavidad nasal también disminuyó después de 2012. Esto sugiere que podrían estar ocurriendo cambios más amplios.

Una posibilidad es una mayor concienciación. Campañas como el “Proyecto Susy Safe” del Reino Unido han advertido a los padres sobre los riesgos de asfixia. En 2020, el Consejo de Resucitación publicó nuevas directrices para ayudar a los cuidadores a gestionar la obstrucción de las vías respiratorias por cuerpos extraños en niños.

La pandemia de COVID-19 también pudo haber influido. Con las escuelas cerradas y muchos padres en casa, los niños podrían haber estado más supervisados. Además, una reducción general en los ingresos hospitalarios durante la pandemia podría haber distorsionado los datos de años posteriores. Sin embargo, un estudio realizado en Italia durante la pandemia reveló un aumento significativo en el consumo de pilas entre los niños, lo cual se atribuyó al mayor tiempo que pasan en casa y al mayor uso de dispositivos electrónicos. Aun así, el momento coincide curiosamente con la transición de Gran Bretaña hacia la tecnología “tocar y listo”.

“Tras el aumento de los pagos sin efectivo identificado en 2012, informamos una reducción estadísticamente significativa en la frecuencia de los procedimientos de eliminación de FB alimentarios”, escribieron los autores.

Este estudio no es el primero en explorar los beneficios imprevistos del cambio tecnológico. Pero podría ser uno de los más peculiares.

Esto plantea una cuestión importante: lo que llevamos en nuestros bolsillos —y aquello con lo que dejamos que jueguen nuestros hijos— puede cambiar con el tiempo.

Los hallazgos aparecieron en The Annals of the Royal College of Surgeons of England.

Fuente: ZME Science.

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