Las islas más pequeñas ofrecen un refugio clave para mamíferos en peligro en Wallacea, Indonesia

Biología

Un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences revela que las islas más pequeñas dentro del punto crítico de biodiversidad de Wallacea son refugios cruciales para vertebrados en peligro de extinción, ya que proporcionan hábitats de mayor calidad y sustentan poblaciones. Estos hallazgos desafían los enfoques convencionales de conservación y enfatizan la importancia de priorizar la gestión del hábitat en estas masas continentales más pequeñas. La investigación, dirigida por científicos de la Universidad Queen Mary de Londres y la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich, investigó la salud genética de las poblaciones de anoa y babirusa en islas de distintos tamaños en Wallacea.

Wallacea, un archipiélago de Indonesia, es reconocido por su excepcional biodiversidad y sus altas tasas de endemismo. Sin embargo, también es una región en rápido desarrollo, lo que provoca una importante degradación del hábitat en islas más grandes como Célebes. Si bien históricamente las poblaciones de islas pequeñas se han considerado más vulnerables a la extinción a escalas geológicas, este estudio revela una ventaja sorprendente.

Utilizando datos genómicos de 113 individuos muestreados en varias islas, el equipo descubrió que los animales de islas más pequeñas y menos perturbadas presentaban una menor diversidad genética general, pero también presentaban significativamente menos mutaciones dañinas. En cambio, las poblaciones de la isla más grande de Célebes, donde la pérdida de hábitat y la actividad humana son más intensas, mostraron altos niveles de endogamia y una variación genética más perjudicial.

“Lo que revelaron los datos genómicos del anoa y el babirusa es que las islas pequeñas tienen un enorme potencial para servir de refugio para muchas otras especies que viven allí con una historia evolutiva similar. Por supuesto, siempre y cuando su hábitat permanezca intacto. Siguen siendo vulnerables, ya que carecen de muchas opciones de apareamiento o incluso de espacio para vivir”, afirma la Dra. Sabhrina Gita Aninta, codirectora del estudio.

Por lo tanto, las islas pequeñas no deben quedar relegadas a un segundo plano en los programas nacionales de desarrollo. Monitorear su diversidad genética presente y futura es crucial para garantizar que se mantengan en vías de supervivencia a largo plazo.

“Este estudio fue un verdadero testimonio de la colaboración remota, realizada en gran medida durante la pandemia”, continúa el Dr. Aninta. “Fue increíblemente gratificante aprovechar décadas de trabajo fundamental de estudios anteriores, conectando con investigadores de alto nivel que se emocionaron al ver que sus datos, algunos de los cuales datan de la década del 2000, aportan nuevos conocimientos gracias a las tecnologías genómicas modernas”.

“Las grandes poblaciones de vertebrados en islas pequeñas suelen considerarse en peligro”, afirma el profesor Laurent Frantz, de la Universidad Queen Mary de Londres y la LMU de Múnich. “Pero proteger las islas pequeñas suele ser más fácil. De hecho, nuestro estudio demuestra que pueden servir como grandes refugios para especies en peligro de extinción”.

La calidad del hábitat en las islas más pequeñas era mayor que en la isla mayor de Célebes, y estas áreas estaban, en general, bien protegidas. En las islas Togean, por ejemplo, gran parte del territorio está dentro de un gran parque nacional. Para la preservación a largo plazo de estas especies en las islas pequeñas, es importante garantizar la protección continua de estos hábitats, junto con el monitoreo de las poblaciones, afirma la Dra. Rosie Drinkwater, investigadora postdoctoral de la Universidad Queen Mary de Londres y la LMU de Múnich.

El estudio advierte contra el uso generalizado del rescate genético en ecosistemas insulares sin una cuidadosa consideración de la historia evolutiva local. En cambio, los autores abogan por un mayor enfoque en la protección de los hábitats de alta calidad de las islas pequeñas, que podrían servir como santuarios genéticos naturales en el Antropoceno.

Fuente: Phys.org.

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