La dopamina en nuestro cerebro no funciona como creíamos

Biología

La dopamina es uno de los mensajeros químicos más estudiados en el cerebro humano, y sin embargo los científicos aún están tratando de descubrir cómo funciona para lograr tanto. Durante años, la visión clásica ha sido que, cuando se libera, la dopamina se difunde lentamente a través del cerebro como un megáfono químico, transmitiendo información a lo largo y ancho de numerosas células objetivo.

Sin embargo, recientemente esa perspectiva ha cambiado. Nuevas investigaciones sugieren que la dopamina también es capaz de emitir susurros breves y agudos, dirigidos con precisión en milisegundos a las células vecinas.

Si los investigadores están en lo cierto, esta señal localizada podría ser un “bloque de construcción fundamental” que se pasa por alto en el sistema de dopamina del cerebro.

La dopamina en el cerebro es diferente a la del resto del cuerpo. En la sangre, la dopamina ayuda a modular la función de múltiples órganos, así como nuestra respuesta inmunitaria.

En el cerebro, es un mensajero químico involucrado en la mediación de una diversidad de comportamientos animales, desde el movimiento y el estado de ánimo hasta el sueño y la memoria, la recompensa y la motivación. Se sabe que las neuronas que liberan dopamina lo hacen con diferentes patrones de activación, pero no está claro qué mensajes codifican estas señales específicas ni por qué.

La principal vía de la dopamina en el cerebro. Slashme/Wikimedia Commons/CC BY-SA 4.0.

La capacidad de enviar señales tanto rápidas como lentas podría explicar cómo el sistema de dopamina del cerebro puede lograr tanto con tanta especificidad. Bajo un microscopio especial, adecuado para obtener imágenes de tejidos vivos, científicos de la Universidad de Colorado y la Universidad de Augusta en EE.UU. provocaron una liberación de dopamina local en los cerebros de ratones vivos.

Luego, mediante tinción fluorescente, observaron cómo activaba receptores en solo unas pocas áreas diminutas de neuronas cercanas. Esta activación de corto alcance provocó una respuesta neuronal rápida. Mientras tanto, la liberación de dopamina en banda ancha es generalizada y provoca una respuesta más lenta.

“Nuestra investigación actual descubrió que la señalización y transmisión de la dopamina en el cerebro es mucho más compleja de lo que pensábamos”, afirma el farmacólogo Christopher Ford de la Universidad de Colorado.

Sabíamos que la dopamina influye en muchos comportamientos diferentes, y nuestro trabajo sienta las bases para comprender cómo la dopamina podría regular todos esos comportamientos. Las neuronas específicas estudiadas por Ford y sus colegas provienen del cuerpo estriado del cerebro, una parte de los ganglios basales involucrados en los sistemas motores y de recompensa, que es rica en neuronas liberadoras de dopamina.

El cuerpo estriado recibe entradas de dopamina de varias partes del cerebro y está implicado en trastornos neurodegenerativos como la esquizofreniala adicción y el TDAH. La enfermedad de Parkinson, por ejemplo, se caracteriza por una degeneración de las neuronas dopaminérgicas que se conectan al cuerpo estriado. Una mejor comprensión de cómo la dopamina envía señales en esta parte del cerebro podría ser crucial para desarrollar nuevos tratamientos para una variedad de afecciones.

“Realmente estamos sólo en la punta del iceberg a la hora de intentar comprender cómo las disfunciones en la dopamina contribuyen a enfermedades como el Parkinson, la esquizofrenia o la adicción”, afirma Ford.

“Se necesita más investigación para comprender cómo estos cambios específicos en la señalización de la dopamina se ven afectados en estas diferentes enfermedades neurológicas y psiquiátricas”.

El estudio fue publicado en Science.

Fuente: Science Alert.

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