Mira de cerca un par de ojos azules y podrías pensar que estás viendo algo teñido con pigmento, como un zafiro o un cielo pintado. Pero la cuestión es que los ojos azules no son realmente azules. Son una ilusión óptica, creada por la dispersión de la luz, no por el pigmento.
Cuando ves ojos marrones, estás viendo melanina (el mismo pigmento que da color a la piel y al cabello) concentrada en el iris. La melanina absorbe la luz, por lo que los ojos marrones se ven profundos y oscuros. Los ojos verdes contienen una dosis moderada de melanina, además de otro pigmento amarillento llamado lipocromo. Los ojos color avellana tienen una distribución irregular de melanina, cambiando de tono según la iluminación.
¿Pero los ojos azules? Casi no tienen pigmento.
El truco de la luz
“Los ojos azules contienen muy poca melanina”, afirmó la Dra. Davinia Beaver, de la Universidad Bond, en The Conversation. “En los ojos azules, las longitudes de onda de luz más cortas, como la azul, se dispersan con mayor eficacia que las longitudes de onda más largas, como la roja o la amarilla”.
Esa dispersión se denomina efecto Tyndall. Es el mismo fenómeno que hace que el cielo o el océano se vean azules, aunque el aire o el agua no tengan color. El iris, en efecto, curva y rebota la luz, de modo que las longitudes de onda azules llegan a los ojos. El color no está en el ojo, sino en la luz y en cómo nuestro cerebro la interpreta al rebotar en la retina. Esto significa que cada par de ojos azules es esencialmente un truco, un juego de manos perceptivo realizado por la física.
Color de ojos | Prevalencia mundial | Causa | Datos interesantes |
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Marrón | ~70–80% en todo el mundo (el más común) | Alta concentración de melanina en el iris | Más común en África, Asia y Sudamérica; proporciona cierta protección contra el daño de los rayos UV. |
Azul | ~8–10% en todo el mundo | Muy poca melanina; el efecto Tyndall dispersa las longitudes de onda azules cortas | No se basa en pigmentos: es una ilusión óptica; todas las personas de ojos azules se remontan a un único ancestro hace entre 6.000 y 10.000 años. |
Verde | ~2% en todo el mundo (color natural más raro) | Melanina moderada + dispersión de luz | El color de ojos “verdadero” más raro; más común en Europa del Norte y Central, especialmente en Islandia e Irlanda. |
Color avellana | ~5% en todo el mundo | Distribución desigual de melanina, creando un mosaico que cambia de color | Puede aparecer verde, marrón o dorado dependiendo de la luz y la ropa. |
Gris | <1% en todo el mundo | Muy poca melanina; dispersión + estructura de colágeno única en el iris | Aún más raro que el verde; a menudo parece azul bajo algunas luces y gris en otras. |
Ámbar | ~5% en todo el mundo (a menudo agrupado con el avellano) | Altos niveles de pigmento lipocromo amarillento + melanina | Da a los ojos un brillo dorado o cobrizo; más común en Asia y Sudamérica. |
Heterocromía | Extremadamente raro | Diferentes niveles de melanina en cada ojo o dentro de un iris | Puede ser genético o estar causado por una lesión o enfermedad; es un fenómeno que se observa en Mila Kunis y Kate Bosworth. |
Una mutación que se popularizó
Cualquier persona que tenga ojos azules puede atribuir este rasgo a una única mutación antigua.
“Originalmente, todos teníamos ojos marrones”, dijo Hans Eiberg, genetista de la Universidad de Copenhague. “Pero una mutación genética que afectó al gen OCA2 en nuestros cromosomas resultó en la creación de un ‘interruptor’ que, literalmente, desactivó la capacidad de producir ojos marrones”.
Esa mutación apareció hace entre 6.000 y 10.000 años en Europa. Toda persona de ojos azules que vive hoy en día la hereda de ese único antepasado. En términos evolutivos, los ojos azules son completamente nuevos: un pequeño cambio genético que se extendió ampliamente, quizás porque destacó entre la multitud.
El efecto Tyndall también explica por qué los bebés de ascendencia europea suelen nacer con ojos azules o grises, que cambian con la edad. Sus iris aún no contienen mucha melanina, pero durante los primeros años de vida, esta puede acumularse y cambiar el color de sus ojos a verde o marrón.
Puede que los ojos azules no sean tan “reales” como los marrones o los verdes, pero eso no los hace menos extraordinarios. Son el resultado de la interacción de la física, la genética y la historia humana en un abrir y cerrar de ojos
Fuente: ZME Science.