Cuando dormimos, el cuerpo libera su “hormona del crecimiento”, que construye y repara músculos y huesos, pero los detalles de cómo y por qué han sido un misterio, hasta ahora. A través de un análisis minucioso de los circuitos cerebrales en ratones, investigadores dirigidos por un equipo de la Universidad de California, Berkeley (UC Berkeley) han descubierto mecanismos especiales y circuitos de retroalimentación que regulan la liberación de la hormona del crecimiento mientras dormimos.
Los hallazgos podrían ayudarnos a tratar mejor las afecciones asociadas con los problemas de sueño, como la diabetes tipo 2 y el Alzheimer. Comprender el sueño es fundamental para comprender numerosos aspectos de nuestra salud.
“La gente sabe que la liberación de la hormona del crecimiento está estrechamente relacionada con el sueño, pero sólo a través de análisis de sangre y el control de los niveles de la hormona del crecimiento durante el sueño”, dice el neurocientífico Xinlu Ding, de la UC Berkeley.
De hecho, estamos registrando directamente la actividad neuronal en ratones para ver qué sucede. Proporcionamos un circuito básico con el que trabajar en el futuro para desarrollar diferentes tratamientos. Esa actividad neuronal registrada directamente, durante múltiples ciclos de sueño-vigilia en ratones, reveló que la hormona del crecimiento se liberaba de diferentes maneras durante el sueño REM (movimiento ocular rápido) y el sueño no REM.
Si bien la hormona del crecimiento aumentó en ambas fases, la influencia de las neuronas que promueven e inhiben su producción cambió. También se observó un ciclo de retroalimentación que involucraba a las neuronas del locus coeruleus, una parte del cerebro relacionada con la vigilia.
“Esto sugiere que el sueño y la hormona del crecimiento forman un sistema estrechamente equilibrado”, afirma el neurocientífico Daniel Silverman. “Dormir poco reduce la liberación de la hormona del crecimiento, y un exceso de esta hormona puede, a su vez, impulsar al cerebro hacia la vigilia”.
“El sueño impulsa la liberación de la hormona del crecimiento, y esta hormona se retroalimenta para regular la vigilia; este equilibrio es esencial para el crecimiento, la reparación y la salud metabólica”.
Además de su función principal —promover el crecimiento—, la hormona del crecimiento regula el procesamiento de la glucosa y la grasa en el cuerpo. Sin la cantidad adecuada de hormona, debido a la falta de sueño, puede aumentar el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Esto se suma a las diversas maneras en que los nuevos descubrimientos podrían vincularse con la buena salud.
Además, el locus coeruleus también influye en el nivel de alerta del cerebro durante la vigilia. Es posible que los mecanismos revelados aquí afecten la cognición durante el día.

Se necesita mucha más investigación para determinar todo esto con certeza, y aunque hay buenas razones para creer que el cerebro humano y el de los ratones funcionan de la misma manera en estas áreas, aún queda por demostrar. Sin embargo, en última instancia, podrían surgir nuevos tratamientos para la falta de sueño, algo con lo que muchos luchamos.
“Comprender el circuito neuronal que libera la hormona del crecimiento podría eventualmente conducir hacia nuevas terapias hormonales para mejorar la calidad del sueño o restablecer el equilibrio normal de la hormona del crecimiento”, afirma Silverman.
Existen algunas terapias génicas experimentales que se dirigen a un tipo específico de célula. Este circuito podría ser una herramienta novedosa para intentar reducir la excitabilidad del locus coeruleus, algo de lo que no se ha hablado antes.
La investigación ha sido publicada en Cell.
Fuente: Science Alert.