“Los megalitos representan la forma más antigua de arquitectura monumental en piedra”, escriben los autores del nuevo estudio, y el dolmen de Menga es un ejemplo excepcional. Esta estructura megalítica prehistórica, situada cerca de Antequera, en el sur de España, se erige como uno de los monumentos más impresionantes y enigmáticos del pasado remoto de Europa.
Este antiguo túmulo funerario fue construido con enormes losas de piedra durante el Neolítico. Ha permanecido intacto durante la asombrosa cifra de 6000 años. Es casi 1500 años más antiguo que la Gran Pirámide de Guiza y 1000 años más antiguo que Stonehenge. Muchos de los edificios que construimos hoy en día, incluso los más grandes, tienen una vida útil prevista de tan solo entre 100 y 250 años.
¿Cómo es posible entonces que la gente del Neolítico construyera una cámara de piedra artificial lo suficientemente resistente como para durar 6000 años, y además sin maquinaria moderna como grúas mecánicas ni hormigón armado? Un nuevo estudio intenta responder a esta pregunta.
“Estas personas no tenían planos con los que trabajar, ni, que sepamos, ninguna experiencia previa en la construcción de algo así, y sin embargo, entendieron cómo encajar enormes bloques de piedra con una precisión que mantendría el monumento intacto durante casi 6.000 años”, dijo a Nature Leonardo García Sanjuán, uno de los autores del estudio y arqueólogo de la Universidad de Sevilla en España.
Ciencia neolítica
Un dolmen es esencialmente un túmulo funerario megalítico. El dolmen es la estructura de piedra, mientras que la colina que la rodea se denomina túmulo. Este en particular estaba destinado a ser la tumba de la familia (o familias) gobernante(s). Tenía un camino diseñado que conducía al centro, y cuando la tumba fue abierta y examinada en el siglo XIX, los arqueólogos encontraron cientos de esqueletos humanos en su interior. Pero en este estudio, el foco no estaban las personas, sino la ingeniería.
El dolmen de Menga está construido con pesadas piedras unidas y colocadas con gran precisión. Por ejemplo, la piedra más grande que forma el techo de la estructura pesa 150 toneladas. Eso equivale al peso de una ballena azul y es cinco veces más pesada que la piedra más grande utilizada en Stonehenge. Trabajar con bloques de piedra tan enormes requiere un conocimiento básico de geología, ingeniería, geometría y arquitectura.
“Como pueden ver, estas personas conocían la física, la fricción, los ángulos. Conocían la geología. Conocían las propiedades de las rocas, conocían la geometría”, dijo García Sanjuán a CNN.
“¿Qué obtenemos al juntar todas estas cosas? Tenemos que llamarlo ciencia. Nunca antes habíamos hablado de la ciencia neolítica simplemente porque somos demasiado arrogantes como para pensar que estas personas podían hacer ciencia de la misma manera que nosotros”, dijo García Sanjuán.

Hoy en día, el dolmen de Menga es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y uno de los megalitos más grandes del mundo. Fue construido con 32 losas de piedra que, en conjunto, pesan 1140 toneladas. Para estudiar su construcción, los autores utilizaron escaneos láser y examinaron diagramas y fotografías de la estructura procedentes de estudios previos. Esto es lo que descubrieron.
La construcción de un megalito duradero
El estudio revela que los 32 bloques de piedra utilizados para construir el dolmen de Menga fueron extraídos de una cantera situada a un kilómetro aproximadamente del lugar de construcción. Las piedras fueron transportadas mediante raíles de madera especiales.

Los constructores del dolmen de Menga diseñaron fosas con cimientos de 1,5 metros de profundidad en el lugar de construcción (hasta la roca madre). Las losas de piedra fueron talladas y cuidadosamente encajadas dentro de estas fosas mediante rampas y contrapesos.
Cada bloque fue tallado con una ligera inclinación para encajar perfectamente con las piedras adyacentes. Esto dio como resultado una estructura autoportante muy estable, con piedras entrelazadas que se refuerzan entre sí.

“Esta técnica, destinada a lograr una inclinación suave y gradual de las piedras en los alvéolos, fue crucial ya que permitió la colocación de las piedras con precisión milimétrica, tanto dentro de los alvéolos como con respecto a las piedras que se encontraban al lado”, señalan los autores del estudio.
Utilizando este método cuidadosamente planificado, los constructores primero crearon los muros y pilares y luego colocaron pesadas losas de coronación encima de ellos para formar el techo.
“Una vez que se añadieron las piedras de coronación, era como una caja sólida, con la roca madre todavía dentro, y luego tallaron toda esa roca, toda esa roca madre, para hacer la cámara”, agregó García Sanjuán.
Finalmente, cubrieron la estructura con un montículo de tierra y pequeñas rocas para proporcionar un buen aislamiento y protegerla de todo tipo de clima. Por si fuera poco, la región de Antequera, donde se ubica el dolmen, presenta altos niveles de actividad sísmica. Esto significa que los constructores del Dolmen de Menga lo construyeron con la suficiente solidez como para resistir terremotos.
Sin embargo, los autores del estudio aún no están seguros de si esta estructura representa un templo o una tumba. Esperemos que futuras investigaciones aclaren esta duda.
El estudio se publica en la revista Science Advances.
Nota de la fuente: Este artículo fue publicado originalmente el 5 de septiembre de 2024 y ha sido editado para mejorar el estilo y añadir más información.
Fuente: ZME Science.
