La Gran Muralla China, construida a lo largo de dos milenios para reforzar la frontera norte de China, está formada por varios muros superpuestos que corren paralelos entre sí. En conjunto, se extienden por más de 21.000 kilómetros, más de la mitad de la circunferencia de la Tierra. Pero, ¿estos extensos muros, con una altura media de 7,8 metros, protegieron realmente a China del mundo exterior?
La respuesta depende en gran medida de cómo defines los éxitos y fracasos de la muralla. Los chinos construyeron la muralla como una obra maestra de la arquitectura defensiva, y aunque las tropas chinas que controlaban estas barreras ciertamente ayudaron a frustrar los ataques de algunos posibles invasores, la Gran Muralla no era de ninguna manera impenetrable. En otras palabras, a veces ayudó a proteger a China y otras veces no.
Por otro lado, también fue una muestra de la riqueza, la experiencia arquitectónica y la destreza de la ingeniería de la China imperial. En este frente, indudablemente lo logró y continúa haciéndolo, ya que el gobernante Partido Comunista ha adoptado la muralla como símbolo patriótico.
Los chinos comenzaron a construir muros en el extremo norte del país aproximadamente en el año 700 a. C., pero no fue hasta que Qin Shi Huang unificó los estados en guerra de China para convertirse en el primer emperador en 221 a. C. que el proyecto de la Gran Muralla se puso en marcha en serio. Ordenó a los campesinos que conectaran fuertes preexistentes para proteger su floreciente imperio contra las diversas tribus nómadas de la región de Mongolia, según Britannica. Los emperadores posteriores ampliaron y fortificaron aún más la muralla, añadiendo torres de balizas, que podían iluminarse para enviar mensajes sobre las próximas incursiones. Para el 1300, la muralla había comenzado a parecerse a lo que parece hoy.
La muralla ayudó al Imperio chino a prepararse para las invasiones, ganando un tiempo valioso para que las fuerzas de China se movilizaran. También se utilizó para atraer a las tropas enemigas a situaciones comprometedoras, según el libro “La Gran Muralla China de la historia al mito” (Cambridge University Press, 1990) de Arthur Waldron, profesor de relaciones internacionales en el departamento de historia de la Universidad de Pennsylvania. En 1428, por ejemplo, un general chino logró forzar a los ejércitos mongoles hacia la muralla, inmovilizándolos sin una ruta de escape y derrotándolos.
Pero la Gran Muralla no garantizaba la seguridad. La muralla no es contiguo, se usó inicialmente para aumentar las defensas donde la geografía era menos desafiante para atravesar por los ejércitos, y en algunos casos, los intrusos simplemente marcharon alrededor de varias secciones. Sin embargo, uno de los fracasos más infames de la muralla provocó el fin de toda una dinastía de gobernantes.
“Había ofrecido poca o ninguna protección a los mayores constructores de muros de todos, la dinastía Ming, de sus adversarios más amenazantes, los manchúes del noreste”, dijo Julia Lovell, profesora de historia y literatura china moderna en la Universidad Birkbeck de Londres. . Un general chino descontento simplemente abrió las puertas para dejar entrar a los manchúes en China, dijo Lovell a Live Science. Los manchúes luego fundaron la dinastía Qing en 1644, que duró hasta 1912.
Debido a su fracaso final, en el siglo XIX mucha gente en China veía la Gran Muralla como “una locura estratégica enormemente cara”, dijo Lovell.
Esta percepción negativa persistió durante bastante tiempo. “La gente común tuvo que proporcionar mano de obra durante muchos años para construirlo, y se convirtió en un poderoso símbolo de la opresión imperial del emperador”, dijo Louise Edwards, profesora emérita de historia china en la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia. Pero luego tuvo algo de rehabilitación en 1912, cuando la revolución nacionalista derrocó al último emperador Qing y estableció una república. En ausencia de un monarca, los nuevos líderes estaban buscando formas de unir a un país en expansión con muchas culturas diferentes. “Estaban buscando símbolos para crear una nueva identidad nacional”, dijo Edwards.
La Gran Muralla, como uno de los proyectos de construcción más grandes del mundo construido por habitantes trabajadores de China, fue el ejemplo perfecto de lo que se puede lograr a través de la unidad. “Tuvo un pequeño cambio de imagen de relaciones públicas”, dijo Edwards. Cuando los comunistas tomaron el poder en 1949, la misma narrativa encajaba con su ideología política. El éxito moderno del muro radica en este mismo valor simbólico, dijo Edwards. “El simbolismo de todo esto es tan importante”, dijo a Live Science. “Este es su poder real y duradero”.
Fuente: Live Science.
