Es difícil ver una estrella explotando, pero las ondas gravitacionales, pequeñas ondulaciones similares a una manta en el espacio-tiempo, podrían ayudar a los astrónomos a resolver el misterio de cómo mueren las estrellas más grandes.
Se requiere una gran cantidad de energía para dar origen a una supernova. Cuando las estrellas más grandes mueren, pueden eclipsar el brillo de galaxias enteras. Y si bien sabemos que las supernovas suceden, no sabemos con exactitud que las provoca.
Sin embargo, sabemos algunas cosas. En los últimos momentos antes de que la estrella explote, tiene un núcleo de hierro rodeado por capa tras capa de elementos fundiéndose. El resto de la estrella ejerce presión sobre ese núcleo, fundiendo el hierro en elementos más pesados, pero esa fusión no libera energía.
Sin ninguna fuente de energía, el colapso de la estrella se hace imparable. Pero al último momento, justo antes de la ruptura catastrófica, la presión intensa empuja los electrones hacia los protones convirtiéndolos en electrones. El resultado es una bola gigante de protones (una estrella de proto-neutrones) que puede detener el colapso durante un breve tiempo, provocando así la explosión.
Las simulaciones de este proceso no pueden mostrar con facilidad el salto del rebote a la explosión, por lo que parece que hay detalles que faltan. La conversión de protones en neutrones libera un flujo de pequeñas partículas conocidas como los neutrones, los cuales fluyen de manera libre por el espacio, de hecho, el 99% de la energía de una supernova se gasta en la emisión de neutrinos. Aún así no es claro si estos neutrinos ayudan a la explosión y en caso de ser así, cómo.
Pero puede haber otra fuente de energía y puede tener lugar en los últimos momentos antes de la detonación de la supernova, los neutrones y los protones son sometidos a otra transformación, volviéndose un plasma exótico de partículas fundamentales conocido como plasma de quark-gluon. Esta fase de transición liberaría energía fresca, quizás las cantidad que se necesita para encender la supernova. No obstante, descubrir si esto es cierto podría ser un tanto artificioso, puesto que no podemos ver que sucede dentro una supernova.
Pero también puede haber otra forma. Según un estudio reciente, puede haber una señal distinta de este proceso en la emanación de ondas gravitacionales de la supernova. Estas ondas serían de muy alta frecuencia y alta amplitud y duran tan sólo unos milisegundos.
Si bien la detección de estas señales de ondas gravitacionales está más allá del alcance de los experimentos actuales, los detectores futuros podrían mirar dentro y ver qué está sucediendo.
Fuente: Universe Today.