Antes de que un edificio pueda restaurarse, reconstruirse o incluso mantenerse adecuadamente, los arquitectos deben tener una buena comprensión de cómo se construyó y qué métodos se utilizaron. Eso es especialmente cierto para los monumentos históricos con un tipo único de arquitectura, como la Alhambra en Granada, España.
Ignacio Ferrer Pérez-Blanco y Marie-Pierre Zufferey, dos científicos del Laboratorio de Culturas Numéricas para Proyectos Arquitectónicos (CNPA) de la Escuela de Arquitectura, Ingeniería Civil y Ambiental (ENAC) de la EPFL, han estudiado uno de los principales elementos arquitectónicos de la Alhambra: los mocárabes. Estas estructuras tridimensionales están formadas por decenas de elementos individuales que pueden organizarse de infinitas maneras. Se utilizaron por primera vez en el siglo IX y se han convertido en un sello distintivo de la arquitectura islámica, que se encuentran en Sicilia, Irán, Marruecos, Siria, Irak y Egipto, así como en la Alhambra en España.
Uso de modelos informáticos para ayudar a preservar monumentos
A pesar de cuán ampliamente se usaron los mocárabes, hay poca información sobre ellos en la literatura. Sólo un puñado de documentos de referencia, incluidos dos manuscritos del siglo XVII (escritos por Fray Andrés de San Miguel y Diego López de Arenas) y un estudio publicado en 1842, contienen descripciones de cómo se diseñaron sus complejas formas, patrones y proporciones. Sin embargo, para preservar estas estructuras extraordinarias, los arquitectos de hoy deben ser capaces de comprenderlas completamente y consultar investigaciones documentadas. “Sólo piensa en los monumentos que fueron destruidos en Palmira en Siria”, dice el profesor Bernard Cache, director de la CNPA. “Podremos restaurar solo aquellos para los que haya modelos de computadora disponibles”. Pérez-Blanco añade que el complejo de la Alhambra se encuentra en la región con mayor actividad sísmica de España.
Combinando documentos antiguos con tecnología digital
Para identificar los pasos involucrados en la construcción de mocárabes y precisar qué datos se necesitan, los científicos de la EPFL comenzaron comparando la información de los dos manuscritos entre sí y con cinco de los capiteles de las columnas de mocárabes en la Alhambra. Visitaron el sitio en Granada y recopilaron imágenes con un escáner 3D, luego desarrollaron modelos informáticos de los capiteles utilizando métodos fotogramétricos. Basándose en estos modelos informáticos, esculpieron cuatro de los capiteles de mocárabes en piedra para probar diferentes métodos. “El proceso de esculpido fue realmente importante para que pudiéramos entender todos los diferentes pasos involucrados y los problemas geométricos que los arquitectos tuvieron que resolver”, dice Pérez-Blanco.
Asombrosamente complejo, con un elemento asimétrico previamente desconocido
Los científicos compararon lo que aprendieron del proceso anterior con los pasos descritos en los manuscritos. Descubrieron que los manuscritos contenían información que estaba incompleta, solo parcialmente correcta o completamente incorrecta. “Identificamos un total de 16 elementos 3D diferentes en los mocárabes, mientras que investigaciones anteriores habían descrito solo siete”, dice Pérez-Blanco. “Y descubrimos un nuevo elemento asimétrico que nunca antes había sido documentado”. Los científicos tuvieron que utilizar el doble de elementos diferentes de los especificados en la literatura junto con proporciones alternativas para esculpir los capiteles de mocárabes.
Los cinco capiteles que eligieron eran solo una pequeña muestra de las decenas de mocárabes —compuestos por miles de elementos individuales— que contiene la Alhambra, como los del Salón de los Embajadores y el Salón de las Dos Hermanas. El estudio de los científicos muestra la complejidad de los mocárabes y documenta sus elementos arquitectónicos, enriqueciendo así nuestro conocimiento de esta pieza del patrimonio mundial. También hace que los datos estén disponibles electrónicamente para futuras investigaciones. Su método y hallazgos, publicados en Muqarnas, pueden usarse como punto de partida para investigar patrones más complicados y comprender mejor el lenguaje formal expresado en los mocárabes de la Alhambra y otros monumentos occidentales.
Fuente: Tech Xplore.