La semaglutida es el componente clave de medicamentos para bajar de peso y tratar la diabetes como Ozempic y Wegovy, y un equipo internacional de investigadores ha descubierto que también puede hacer maravillas en personas que han desarrollado una enfermedad hepática. En un ensayo clínico de fase 3 que involucró a 800 participantes y duró 72 semanas, una dosis semanal de semaglutida fue eficaz en casi dos tercios de los pacientes para tratar una forma grave de enfermedad del hígado graso conocida como esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH).
“Los resultados de este estudio histórico en 37 países proporcionan evidencia sólida de que la semaglutida puede ayudar a los pacientes con MASH no solo mejorando la salud hepática, sino también abordando los problemas metabólicos subyacentes que contribuyen a la enfermedad”, afirma Arun Sanyal, profesor de medicina en la Universidad Commonwealth de Virginia.
Los participantes se dividieron en dos grupos. De quienes recibieron semaglutida, el 62,9% experimentó mejoras en su MASH, en comparación con el 34,3 % del grupo que recibió placebo. Es más, la fibrosis hepática (cicatrización), que ocurre cuando el hígado intenta reparar el daño, se redujo en el 36,8% de los pacientes que recibieron el tratamiento con semaglutida, en comparación con el 22,4% de los pacientes que recibieron placebos.
Se observaron mejoras tanto en la MASH como en la fibrosis en el 32,7% de los participantes que recibieron semaglutida, en comparación con el 16,1% del grupo placebo. Esto representa un gran logro para el fármaco, que está demostrando potencial en diversas áreas de la salud.
Ese efecto placebo es bastante típico, por cierto, y sucede a menudo en ensayos: se cree que es una combinación del impulso psicológico de pensar que uno está siendo tratado, más una tendencia a vivir de forma más sana y cuidadosa si uno sabe que es parte de un estudio.
“Si se aprueba, esto podría ofrecer una opción terapéutica adicional para pacientes con MASH y fibrosis”, dice Sanyal.
“Esto es crucial, dado el fuerte vínculo entre MASH y las enfermedades cardiovasculares, metabólicas y renales, donde la semaglutida ya ha demostrado beneficios comprobados para la salud”.
La semaglutida es un agonista del receptor GLP-1 (péptido similar al glucagón-1) que actúa esencialmente como la hormona GLP-1 natural para ayudar a regular procesos metabólicos clave, entre ellos la reducción del apetito y la disminución del azúcar en sangre. Esto lo hace eficaz para tratar la obesidad y la diabetes, pero este aumento de la regulación biológica parece tener también muchos otros beneficios. En el caso de la enfermedad hepática, se cree que las mejoras metabólicas y antiinflamatorias que desencadena el fármaco ayudan a tratar algunos de los factores clave del MASH.
Este ensayo clínico continúa y se ampliará a un grupo más amplio de personas durante cinco años para comprobar si persisten las mejoras iniciales. Dado que solo existe un tratamiento aprobado para el MASH, se necesitan urgentemente nuevas opciones.
“Al tratar tanto la enfermedad hepática como sus causas metabólicas, la semaglutida ofrece un nuevo enfoque prometedor para millones de pacientes”, afirma Sanyal.
La investigación ha sido publicada en el New England Journal of Medicine.
Fuente: Science Alert.