Si pensabas que el nacimiento humano era una auténtica locura, echa un vistazo al caracol del Monte Augustus de Nueva Zelanda. Este gasterópodo carnívoro gigante expulsa huevos de 5 milímetros de ancho por un poro justo debajo de su cabeza. Esta molesta forma de reproducción fue captada recientemente en cámara por Lisa Flanagan, guardabosques del Departamento de Conservación de Nueva Zelanda (DOC), quien ha estado cuidando una población cautiva de estos caracoles (Powelliphanta augusta) desde 2006.
“Es notable que en todo el tiempo que hemos pasado cuidando los caracoles, esta es la primera vez que hemos visto a uno poner un huevo”, dice Flanagan.
“Captamos la acción mientras pesábamos el caracol. Le dimos la vuelta para pesarlo y vimos que el huevo empezaba a salir”.
Los Powelliphanta se encuentran entre los caracoles más grandes del mundo y peinan los bosques y pastizales de Nueva Zelanda sorbiendo lombrices de tierra como si fueran espaguetis. P. augusta es una de las especies más famosas (de casi 10 centímetros de longitud) y fue descubierta por el Departamento de Conservación en 2005, cuando la mayor parte de su hábitat estaba sujeto a la minería. La población silvestre se limita actualmente a unos pocos sitios introducidos, donde históricamente no ha habitado, pero existe una colonia cautiva de aproximadamente 2000 individuos como garantía genética.
Estos son algunos de los caracoles más longevos del mundo: algunos de los caracoles cautivos bajo el cuidado de Flanagan tienen entre 25 y 30 años.
“Me encanta ver su progreso cada mes, pesarlos, cómo se desarrolla su caparazón y todas las cosas interesantes que hacen”, dice Flanagan.

Si bien suelen poner alrededor de cinco huevos por año, a partir de los ocho años aproximadamente, esta es la primera vez que los científicos de Nueva Zelanda han visto la puesta de huevos en acción. La especie es hermafrodita, lo que significa que cada individuo tiene genitales masculinos y femeninos. Para aparearse, cada caracol saca un pene del poro de su cuello y lo introduce en el poro del otro caracol. Ambos individuos intercambian esperma y lo almacenan para su posterior fecundación.
Es de este mismo poro del cuello de donde posteriormente emerge el óvulo fecundado. Hablemos de eficiencia evolutiva.
Fuente: Science Alert.