Científicos descubren una de las más antiguas sociedades matrilineales de la historia

Humanidades

En un tranquilo rincón del este de China, enclavado entre las montañas Tai-Yi y el mar de Bohai, un descubrimiento ha trastocado las antiguas suposiciones sobre las sociedades antiguas. En el yacimiento neolítico de Fujia, investigadores han hallado pruebas contundentes de una comunidad matrilineal, una de las primeras confirmadas en la antigua China.

Durante décadas, la narrativa dominante en arqueología y genética ha sido que las sociedades primitivas eran patriarcales. Sin embargo, la investigación moderna demuestra que, al menos en algunos lugares, esto no siempre fue así. El nuevo estudio descubrió un linaje de 250 años organizado por descendencia materna, mantenido durante diez generaciones.

Nuestros resultados indican que la comunidad Fujia probablemente se organizaba según principios matrilineales. Esta interpretación se sustenta en la sólida correspondencia entre las características genéticas y los límites de los cementerios, escriben los investigadores en el estudio.

Dos cementerios, dos clanes, un orden social

El yacimiento de Fujia, ubicado en la provincia de Shandong, data del 2750 al 2500 a. C., abarca 37 hectáreas e incluye más de 500 tumbas. Excavado a lo largo de varias décadas, se creyó durante mucho tiempo que formaba parte de la cultura Dawenkou, una sociedad agrícola prehistórica conocida por el cultivo de mijo y la cerámica pintada.

La cultura Dawenkou prosperó entre el 4100 a. C. y el 2600 a. C., en diferentes fases. Durante la fase posterior, que también abarca el yacimiento de Fujia, la cultura comenzó a desarrollarse y a acumular más objetos. Su sociedad se estratificó cada vez más y los investigadores sospechan que también cometían saqueos y robos ocasionales.

Pero lo que distinguía a Fujia no residía en sus artefactos. Estaba oculto en el ADN de los muertos.

Investigadores de la Universidad de Pekín, la Universidad de Minzu y otras instituciones analizaron el ADN antiguo de 60 individuos enterrados en dos cementerios distintos del yacimiento, uno en la zona norte y otro en la zona sur. Los investigadores se centraron en el ADN mitocondrial (o ADNmt), un tipo especial de ADN que se transmite de madres a hijos. Dado que solo proviene de las madres, es útil para rastrear la ascendencia materna.

Lo que encontraron fue sorprendente: las 14 personas enterradas en el cementerio norte tenían exactamente el mismo tipo de ADNmt, conocido como haplogrupo M8a3. Esto significa que todos compartían un ancestro materno común —probablemente de la misma línea familiar materna— y sugiere que el cementerio fue utilizado por un gran clan materno extendido. Mientras tanto, 44 ​​de los 46 individuos en Fujia_S tenían un haplogrupo de ADNmt diferente. Dado que el ADNmt se transmite exclusivamente de madres a hijos, esto sugirió que cada cementerio estaba dedicado a un clan materno diferente.

En resumen: todos los enterrados en esa parte del sitio provenían del mismo linaje materno, lo que apunta a una sociedad organizada en torno a las madres en lugar de los padres.

¿Es esto concluyente?

El marcado contraste en los linajes maternos entre ambos cementerios contrastaba con la rica diversidad de los cromosomas Y, que se transmiten por vía paterna. Los varones enterrados en el mismo cementerio presentaban una amplia variación de ADN-Y, lo que indicaba que los hombres se habían incorporado a la comunidad por matrimonio desde fuera. Sin embargo, independientemente del origen paterno, todos eran enterrados según su linaje materno.

“La mayoría de los individuos en Fujia, independientemente de su sexo, fueron enterrados según sus linajes maternos”, concluyen los investigadores.

Esta organización, argumentan los investigadores, constituye una prueba fehaciente de un sistema matrilineal. No se trataba solo de unas pocas parcelas familiares aisladas, sino de una estructura social perdurable arraigada en la descendencia materna. Pero el estudio no se limitó a esta evidencia.

Los investigadores también emplearon herramientas potentes para trazar un parentesco más profundo, reconstruyendo árboles genealógicos hasta el sexto grado mediante segmentos de identidad por descendencia (IBD), una especie de huella genética que revela parientes lejanos. Esto confirmó que la estructura de la tribu se centraba en las mujeres y que las personas permanecían enterradas en sus clanes maternos durante al menos diez generaciones.

¿Qué más sabemos sobre esta población?

Una inusual jarra trípode creada por esta cultura. Créditos de la imagen: Wiki Commons.

Los habitantes de Fujia no solo eran socialmente únicos, sino también genéticamente muy unidos. El equipo encontró indicios de generaciones de matrimonios mixtos dentro de la misma comunidad. Si bien esto a veces puede indicar matrimonio entre primos, en el caso de Fujia era más probable que fuera resultado de la endogamia: una población cerrada con poco contacto con el exterior. El tamaño estimado de la población era de tan solo 200 a 400 individuos.

A pesar de vivir en una región relativamente rica con otras comunidades neolíticas cercanas, el pueblo Fujia rara vez se extraviaba. El análisis de isótopos de estroncio, que rastrea la geología local incrustada en los dientes, mostró que casi todos los individuos crecieron en un radio de 10 kilómetros. Los niveles de isótopos de oxígeno confirmaron que bebían de las mismas fuentes de agua. Estas personas permanecieron cerca de sus hogares y entre sí.

Su dieta también era consistente. Los isótopos estables de carbono y nitrógeno mostraron una dependencia de cultivos como el mijo menor y de la proteína animal, probablemente proveniente de cerdos alimentados con los mismos granos. No se observaron diferencias significativas entre las dietas de hombres y mujeres, lo que sugiere una sociedad con relativa paridad de género, al menos en la mesa.

Repensando la historia

Durante siglos, arqueólogos y pensadores se preguntaron si las sociedades humanas primitivas eran matrilineales. Sin pruebas contundentes, la idea permaneció en gran medida especulativa, descartada por muchos como un mito.

Actualmente, la comunidad Fujia proporciona uno de los registros genéticos más claros de descendencia matrilineal en el registro arqueológico. Hasta ahora, solo se habían confirmado unos pocos ejemplos: la dinastía de élite del Cañón del Chaco en Norteamérica, que data entre los años 800 y 1300, las élites celtas del sur de Alemania y los Durotriges en la Britania de la Edad de Hierro. Fujia los precedió en más de mil años. Existen otros ejemplos, pero no son tan concluyentes.

Las implicaciones son profundas. Los habitantes de Fujia cuestionan la idea predominante de que las sociedades primitivas evolucionaron naturalmente hacia el patriarcado. En cambio, sugieren que los sistemas de parentesco eran más diversos, más flexibles y más matrilineales de lo que se creía. Queda por ver si estos sistemas estaban generalizados o eran excepciones.

Fuente: ZME Science.

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