Los investigadores en el Reino Unido se están acercando a una posible defensa genética contra COVID-19. Los hallazgos podrían ayudar a explicar por qué algunas personas pueden contraer el virus sin enfermarse.
Un equipo de investigadores dirigido por miembros de la Universidad de Newcastle, Reino Unido, informa que el gen HLA-DRB1 * 04: 01 probablemente confiera a sus portadores algún tipo de protección contra el coronavirus, o al menos, contra sus síntomas más severos. Esta conclusión se extrajo de la observación de que el gen se encuentra, en promedio, tres veces más a menudo en pacientes asintomáticos en comparación con los sintomáticos. El estudio trabajó con pacientes de las mismas comunidades en el Reino Unido para limitar la influencia de otros factores como el medio ambiente, la ubicación y el nivel socioeconómico.
Aislado genéticamente
Según los autores, esta es la primera evidencia clara de resistencia genética contra COVID-19. Si bien la investigación anterior ha trabajado con genomas completos, ese enfoque es mucho menos efectivo que centrarse en genes individuales, como lo hace el artículo actual. Una vista de todo el genoma puede perder información importante, como si observar el bosque significa que no te concentras en árboles individuales. La investigación actual se centró en comparar miembros sintomáticos con asintomáticos de la misma comunidad para facilitar la detección de cómo genes o alelos individuales (variaciones del mismo gen) pueden ayudarnos a protegernos del COVID-19.
HLA-DRB1 * 04: 01, un gen de antígeno leucocitario humano, se identificó como un candidato principal a este respecto. El hallazgo se basa en muestras tomadas de 49 pacientes con síntomas graves de COVID-19, que habían sido hospitalizados por insuficiencia respiratoria, 69 trabajadores del hospital que dieron positivo por el virus pero estaban asintomáticos y un grupo de control.
Estas muestras se analizaron para que el equipo pudiera estudiar los diferentes alelos HLA presentes en la población general del noreste de Inglaterra durante el primer bloqueo. Los pacientes asintomáticos, en promedio, tenían tres veces más probabilidades de tener el alelo HLA-DRB1 * 04: 01 en sus genomas que los pacientes sintomáticos (16,7% frente a 5,1% después del ajuste por edad y sexo).
A partir de investigaciones anteriores, sabemos que la incidencia del alelo HLA-DRB1 * 04: 01 en la población general está directamente correlacionada con la latitud y la longitud. Las personas del norte y oeste de Europa tienen más probabilidades de tener este alelo. Lamentablemente, esto también significa que estas áreas tendrán más dificultades para mantener el virus bajo control.
“Este es un hallazgo importante, ya que puede explicar por qué algunas personas contraen Covid pero no se enferman”, explica el Dr. Carlos Echevarria del Instituto de Investigación Clínica y Traslacional de la Universidad de Newcastle, consultor respiratorio de la Fundación Newcastle Hospitals NHS Foundation Trust, y coautor del artículo. “Podría llevarnos a una prueba genética que podría indicar a quién debemos priorizar para futuras vacunas”.
“A nivel de población, es importante que sepamos esto porque cuando tenemos muchas personas que son resistentes, por lo que contraen Covid pero no muestran síntomas, entonces corren el riesgo de propagar el virus mientras están asintomáticos”.
Las poblaciones de ascendencia europea, añaden los autores, tienen más probabilidades de permanecer asintomáticas, pero aún portan y transmiten la enfermedad a individuos que no disfrutan de los mismos niveles de protección genética. El hecho de que exista un vínculo entre la expresión génica y la geolocalización es un concepto científico bien establecido. Los genes se seleccionan por los conjuntos únicos de demandas que su entorno impone a los diferentes grupos, por lo que las personas que viven en diferentes áreas desarrollarán diferentes tipos de defensas genéticas. El gen HLA no es diferente: se desarrollan durante generaciones como respuesta a patógenos.
“Algunos de los hallazgos más interesantes fueron las relaciones entre la longitud y la latitud y la frecuencia del gen HLA”, agrega el coautor David Langton, cuya compañía ExplantLab ayudó a financiar el estudio. “Se sabe desde hace mucho tiempo que la incidencia de la esclerosis múltiple aumenta al aumentar la latitud. Esto se ha atribuido en parte a la reducción de la exposición a los rayos UV y, por lo tanto, a los niveles más bajos de vitamina D. Sin embargo, no sabíamos que uno de los principales genes de riesgo para la EM, DRB1 * 15: 01, se correlaciona directamente con la latitud”.
“Esto destaca la compleja interacción entre el medio ambiente, la genética y la enfermedad. Sabemos que algunos genes HLA responden a la vitamina D y que los niveles bajos de vitamina D son un factor de riesgo de COVID grave y estamos trabajando más en esta área”.
Aún así, el equipo señala que se necesitarán más estudios (tanto en el Reino Unido como en otras áreas) ya que puede haber diferentes copias de los genes HLA que brindan resistencia en otras poblaciones.
Fuente: ZME Science.