Los escarabajos barrenderos de agua del género Regimbartia son poco conocidos. Estos insectos pueden ser un problema en los criaderos de peces y son frecuentes en ambientes tropicales y húmedos.
Ahora, la especie R. attenuata ha cobrada fama por un mecanismo de defensa curioso y desagradable: escapar del trasero de una rana luego de ser comido.
“Aquí, informo el escape activo del escarabajo acuático R. attenuata de los respiraderos de cinco especies de ranas a través del tracto digestivo”, escribe el ecólogo de la Universidad de Kobe, en Japón, Shinji Sugiura, en un nuevo artículo. “Aunque las ranas comían fácilmente a los escarabajos adultos, el 90 por ciento de los escarabajos tragados se excretaron dentro de las seis horas después de haber sido comidos y, sorprendentemente, todavía estaban vivos”.
En un experimento muy extraño, los investigadores tomaron los escarabajos y ranas de la especie Pelophylax nigromaculatus y los pusieron en el laboratorio. Después dejaron que las ranas se comieran a los escarabajos y luego grabaron como salían del otro lado.
El proceso fue muy rápido. Cuando Sugiura les puso cera en sus patas fueron digeridos y no sobrevivieron. Por el contrario, cuando fueron tragados estando intactos salieron ilesos en unas pocas horas. Incluso un ejemplar escapó casi a los 7 minutos.
La mayoría de criaturas que pueden hacer esto tienen adaptaciones para soportan condiciones extremas de pH y falta de oxígeno. Este escarabajo de agua, por el contrario, no parece haber desarrollado estas adaptaciones, lo que hace de este el primer caso documentado de “escape activo de la presa” en el que el animal se adentra en el esófago, el estómago y los intestinos grueso y delgado hasta alcanzar la cloaca del batracio, que en el estudio es llamada “el respiradero”.
“R. attenuata no puede salir por el respiradero sin inducir a la rana a abrirlo porque la presión del músculo del esfínter mantiene el respiradero cerrado”, escribe Sugiura en el estudio. “Los individuos siempre se excretaban de la cabeza del respiradero de la rana, lo que sugiere que R. attenuata estimula el intestino posterior e insta a la rana a defecar”.
Pero no todos los escarabajos escaparon de la misma forma. Sugiura experimentó con otros escarabajos y ranas.
Las otras cuatro especies no supusieron ningún problema para que los coleópteros pudieran escapar. Por el contrario, cuando una de las ranas fue alimentada por un ejemplar de la misma familia pero de la especie Enochrus japonicus, las cosas no terminaron bien para este último.
Los científicos se preguntan qué hacen los escarabajos para escapar o si hay más especies que puedan hacer lo mismo. Por ahora, sólo queda que miremos curiosos y tal vez asqueados este extraño fenómeno.
Fuente: Current Biology a través de Science Alert.