El humedal más grande del mundo, el Pantanal, se está incendiando a una velocidad récord en Brasil, las llamas se extienden rápidamente y la biodiversidad. Esto sucede en el contexto de una temporada de incendios récord en la Amazonia, con el presidente de Brasil Jair Bolsonaro, siendo cuestionado por la comunidad internacional.
Con un área de 150,000 kilómetros cuadrados, el Pantanal cruza la frontera brasileña y se extiende por Bolivia y Paraguay. Es conocido por su biodiversidad, puesto que atrae especies como jaguares, monos, tucanes, caimanes y nutrias, entre otros.
“Muy pocos animales sobreviven. Los que lo hacen sufren a menudo efectos muy graves. Están quemados hasta los huesos, a menudo tienen que ser sacrificados o mueren de hambre y sed”, dijo Juliana Camargo, directora del grupo de conservación de vida silvestre AMPARA Animal, en un comunicado. “La única esperanza es que llueva, pero eso no se espera hasta noviembre”.
Sin embargo, el área en los últimos meses se ha visto sacudida por las llamas, ocasionadas por la intensa sequía en la región. Hasta el momento se han registrado 12567 incendios en el Pantanal, más que en el 2018 y el 2019, de acuerdo con datos satelitales de la agencia espacial brasileña INPE.
Las llamas incluso alcanzaron el Parque Estatal Encontro das Aguas, una reserva natural que contiene la mayor población de jaguares del mundo. El parque es cruzado por cinco ríos y cubre 109,000 hectáreas. De acuerdo con las autoridades estatales, los bomberos están tratando de proteger los hoteles, las granjas y el parque en sí.
Júlio Cesar Sampaio, líder de la iniciativa de la WWF en el Pantanal de Brasil, dijo que la región afronta la peor sequía de los últimos 47 años. El nivel de agua del río Paraguay, el más importante del bioma, es crítica. Si bien el cambio climático explica en parte el porqué de la sequía, otras acciones humanas también son parte del problema.
De hecho, muchos incendios comenzaron por fuegos que tenían como fin empezar actividades agrícolas o ganaderas. El Pantanal afronta la presión que agricultores y ganaderos han ejercido en otras partes de la Amazonia y que han sido motivadas por el presidente Bolsonaro desde que tomó posesión del cargo.
Según Vinicius Silgueiro del Instituto Life Center, los granjeros y hacendados llevan a la región especies no nativas que son mucho más inflamables que las nativas. El gobierno ha cortado los fondos presupuestarios para el medio ambiente, dejando así una sensación de impunidad, dijo.
La crisis del Pantanal es parte de un problema mayor de incendios forestales en toda la región amazónica de Brasil. Las imágenes de satélite mostraron un número récord de 29.307 incendios en agosto, el segundo número más alto en una década y solo un 5,2% menos que el más alto absoluto, en agosto de 2019.
Los ambientalistas vinculan los incendios forestales con la visión de desarrollo económico de Bolsonaro, que esencialmente permite a los madereros ilegales, ganaderos y mineros destruir el bosque. Bolsonaro ha dicho repetidamente que la minería y la agricultura son necesarias para sacar a las personas de la pobreza y ha mostrado una falta de interés por la conservación de la Amazonía.
El presidente brasileño está haciendo todo lo posible para socavar el Amazonas. Llegó al poder promoviendo una agenda basada en más actividades extractivas en la Amazonía, incluso pidiendo al Congreso que cambie las leyes de protección ambiental y recorte el presupuesto y el personal de la agencia federal de protección ambiental IBAMA.
Bajo la creciente presión de los líderes mundiales, Bolsonaro desplegó recientemente el ejército en el Amazonas para acabar con la deforestación y los incendios, y decretó la prohibición de todas las quemas agrícolas. Pero los ambientalistas siguen siendo críticos con el líder de extrema derecha y piden más acciones para proteger mejor los recursos naturales del país.
Fuente: ZME Science.
