Después de frotarles el vientre, los perros por lo general tocan la piel de los humanos con la nariz en señal de gracias. Esta nariz por lo general es húmeda y fría. El dueño del animal podría preguntarse ¿Es normal que una nariz de perro se sienta así?
La respuesta es sí: es normal. Pero también lo es una nariz caliente, especialmente después de dormitar, dijo Anna Bálint, una investigadora que estudia el comportamiento animal en la Universidad Eötvös Loránd en Budapest, Hungría. “Cuando un perro está dormido, su nariz generalmente se calienta y también se seca”, le dijo ella a Live Science. Luego, el perro se despierta, lame su nariz y esta vuelve a enfriarse.
Pero ¿Por qué las narices de los perros son frías? ¿Puede ser esto beneficioso para ellos?
Una idea es que la nariz fría podría ayudarlos a regular su temperatura. Pero la punta de la nariz es muy pequeña como para contribuir a la regulación térmica de todo su cuerpo, dijo Bálint.
Para investigar más a fondo, los científicos midieron las temperaturas de varios animales, como caballos, perros y alces. Por la época en la que Bálint se unió al proyecto, el equipo aprendió que las puntas de la nariz de los carnívoros eran por lo general más frías que las de los herbívoros. Quizás, una nariz fría era una ventaja en el medio salvaje, pensaron los investigadores.
El equipo condujo dos experimentos, uno dirigido al comportamiento animal y otro al cerebro, esto para saber si un rinario frío ayudaba en la detección del calor. En el primer experimento, el equipo entrenó un grupo a tres perros exitosamente para que escogieran un objeto cálido, cuya temperatura era casi la misma que una presa potencial, sobre un objeto a temperatura ambiente. Los resultados indicaron que los perros pueden detectar radiación térmica débil desde una distancia similar para cazar presas.
En el segundo, centrado en el cerebro, los científicos le mostraron a los perros una caja que contenía agua caliente y una puerta aislante a 13 perros entrenados para quedarse en un escáner MRI funcional. Los perros mostraban una mayor respuesta cuando la puerta aislante se abría, revelando la superficie cálida, en comparación con la neutral. La región cerebral iluminada en el MRI era sólo la izquierda. Este lado del cerebro interesa a los científicos porque se relaciona con la respuesta a la comida, la cual a su vez se relaciona con las actividades predadoras de muchos vertebrados, dijo Bálint. La región en específico que se ilumina en los perros se conoce como corteza asociativa somatosensorial y ayuda a unir sensaciones como la visión, la posición del cuerpo y el calor, añadió ella. Esta parte del cuerpo combina esos sentidos de manera simultánea con el fin de llevar a cabo una meta, como puede ser el localizar una presa.
Dado que esta región neural del lado izquierdo se iluminó cuando la punta de la nariz se expuso a una superficie cálida, es posible que los perros, y posiblemente otros animales de nariz fría, puedan estar usando un sentido de detección de calor junto con otros sentidos en su ‘caja de herramientas de caza ‘cuando están en busca de presas, dijeron los investigadores.
Aunque el estudio reciente, publicado en febrero de 2020 en la revista Scientific Reports, es demasiado pequeño para cerrar firmemente el caso de narices frías, Bálint dijo que una nariz fría podría ser más sensible a las diferencias de temperatura. “La gente cree que los caninos siguen su olfato [sentido del olfato], lo que probablemente sea realmente cierto”, dijo Bálint. Pero las condiciones ventosas o el clima tormentoso pueden dificultar que un perro de trabajo siga los olores. “Una señal de calor podría ayudarlos”.
Entonces, ¿por qué la nariz de un perro está fría? Bálint y su equipo continúan buscando respuestas a esta pregunta. Ahora, se preguntan a qué distancia podría ser útil este tipo de detección de calor. Por ahora, solo la nariz del perro lo sabe.
Fuente: Live Science.
