Entre los años 750 y 1100, un grupo de navegantes escandinavos expandieron su acervo genético y cultural donde sea que fueran debido a sus habilidades de navegación. Los vikingos llegaron incluso a Norteamérica y a las estepas de Asia Central.
Contrario a la creencia popular, los vikingos no eran esa estirpe pura de guerreros germánicos con barbas largas y cabello rubio a la que nos tiene acostumbrados la cultura pop. Al establecer rutas comerciales con China y Afganistán, también tejieron una red de exploración desde Rusia hasta Turquía y Canadá.
“Eran personas sin fronteras”, dice Wladyslaw Duczko, arqueólogo del Instituto de Antropología y Arqueología en Pultusk, Polonia. “Creo que es por eso que los vikingos son tan populares en Estados Unidos”.
Eso no es todo. Todas estas conexiones dejaron una profunda huella tanto en los vikingos como en las personas que visitaron, lo cual se refleja en su ADN.
En un nuevo estudio, genetistas de la Universidad de Copenhague secuenciaron los genomas de 442 personas que vivieron entre el 2400 a.C. y el 1600 d.C. El ADN humano permanece desenterrado en sitios arqueológicos de Groenlandia y Europa.
Estos genomas se compararon con los de las personas modernas, revelando que los vikingos eran gente diversa. Sus ancestros incluyen cazadores y recolectores, granjeros de Anatolia (actual Turquía) y habitantes de las estepas de Eurasia.
El estudio también reveló que los vikingos se separaron en cuatro grupos distintos, cada uno asociado con una región genética clave: Dinamarca, Noruega, Suecia y las islas Öland.
Cada grupo escandinavo tenía sus propias rutas comerciales, contactos, asentamientos y áreas de asalto y saqueo designadas. Por ejemplo, los vikingos suecos recorrieron Europa Oriental y zonas aledañas. Los noruegos por su parte alcanzaron Irlanda, Islandia y Groenlandia al oeste. Los daneses fueron a Inglaterra.
El análisis también muestra que los vikingos no se cruzaron con frecuencia entre ellos mismos. En vez de eso, se mezclaron con una amplia variedad de grupos étnicos que conocían en sus largas expediciones.
“Está bastante claro a partir del análisis genético que los vikingos no son un grupo homogéneo de personas”, dijo Eske Willerslev, profesor de ecología y evolución en la Universidad de Copenhague y director de su Centro de Excelencia en Genética que dirigió el proyecto del genoma vikingo a National Geographic. “Muchos de los vikingos son individuos mestizos” con ascendencia tanto del sur de Europa como de Escandinavia, por ejemplo, o incluso una mezcla de ascendencia sami (indígena escandinava) y europea.
“Incluso vemos personas enterradas en Escocia con espadas vikingas y equipo que genéticamente no es escandinavo en absoluto”, agrega.
En cuanto a los escandinavos modernos, pocos podrían llamarse a sí mismos “verdaderos” vikingos. Solo entre el 15% y el 30% de los suecos de hoy en día comparten su ascendencia con las personas que vivieron en la misma región hace 1300 años.
Con todo, el nuevo estudio confirma lo que los arqueólogos e historiadores han sospechado durante mucho tiempo: los vikingos comprenden un grupo diverso que no puede atribuirse a una etnia específica.
Sin embargo, todavía quedan muchas preguntas sin respuesta sobre los orígenes de los vikingos. Por ejemplo, si muchos grupos genéticos y étnicos distintos de personas se llamaban a sí mismos vikingos, ¿Cómo se unieron, compartieron la misma cultura? ¿Cómo fue este proceso?
Fuente: ZME Science.