Desde que golpeó el COVID-19, los científicos han estado mirando hacia atrás en el tiempo, buscando los orígenes del coronavirus, buscando comprender dónde y cuándo comenzó la propagación mortal. Según una nueva investigación, lo más probable es que hayan pasado semanas antes de que lo sugieran los registros oficiales.
Un nuevo modelo del brote propone que el virus SARS-CoV-2 puede haber comenzado a infectar a los humanos en China ya en octubre de 2019, aunque se estima que mediados de noviembre es el plazo más probable. Eso es significativamente antes del primer caso de infección más ampliamente aceptado, que es a principios de diciembre de 2019, según una evaluación temprana de pacientes con el nuevo coronavirus en Wuhan, China.
Entre ese grupo, el caso índice, también conocido como el paciente cero, comenzó a mostrar síntomas de la infección el 1 de diciembre de 2019. Pero el hecho de que ese individuo fuera el primer caso documentado no significa que el virus no se haya propagado antes, sin el conocimiento de la salud. autoridades.
De hecho, la transmisión más temprana es el escenario más probable basado en datos internacionales, según un equipo dirigido por el científico conservacionista David Roberts de la Universidad de Kent en el Reino Unido. En su estudio, los investigadores reutilizaron un modelo matemático de la ciencia de la conservación, llamado estimación lineal óptima (OLE por sus siglas en inglés), que se usa tradicionalmente para inferir las fechas de extinción de especies en función de sus últimos avistamientos informados.
Sin embargo, las mismas técnicas de modelado se han utilizado en muchas áreas de la ciencia más allá de la ciencia de la conservación, incluidos campos como la arqueología y la fenología (el estudio de eventos biológicos periódicos).
Aquí, el equipo utilizó el modelo para extrapolar hipotéticamente el momento del origen de COVID-19, basándose en la propagación internacional de los casos de COVID-19 a más de 200 países a principios de mayo de 2020.
Si bien el método solo puede darnos una aproximación, no una confirmación, de cuándo comenzó a aparecer COVID-19 en las personas, nos brinda otra perspectiva valiosa sobre la probabilidad de transmisiones tempranas y desconocidas que podrían haber escapado a la notificación del mundo prepandémico.
“De la misma manera que los eventos de extinción rara vez se observan, también lo son los eventos de origen como los de COVID-19”, explican los investigadores en su estudio. “Sin sistemas de rastreo rigurosos, hay que inferir la datación de los primeros casos”.
En este caso, el modelo sugiere que COVID-19 surgió en China mucho antes de diciembre de 2019, y el primer caso más probable ocurrió el 17 de noviembre, aunque podría haber sido el 4 de octubre, sugiere el equipo. Después de afianzarse en China, el virus se propagó internacionalmente, estiman los investigadores, primero a Japón el 3 de enero de 2020, luego a Tailandia el 7 de enero, a España el 12 de enero, a Corea del Sur el 14 de enero y a Estados Unidos el 16 de enero.
Si bien todas estas son solo estimaciones hipotéticas basadas en el modelo, muchos estudios han sugerido que COVID-19 circulaba mucho antes de lo que sabíamos en ese momento, y la propagación anterior a diciembre en China coincide con al menos algunos hallazgos anteriores.
“El reciente estudio conjunto OMS-China sobre el origen global del SARS-CoV-2 encontró que, según una revisión de la evidencia molecular, la mayoría de las estimaciones puntuales ubican al ancestro más reciente entre mediados de noviembre y principios de diciembre, con un rango de de finales de septiembre a principios de diciembre”, escriben los investigadores.
Dicho esto, los investigadores enfatizan que existen limitaciones con lo que el modelado OLE puede decirnos, que deben tenerse en cuenta.
“Las predicciones del método son tan buenas como los datos utilizados, y es probable que la diligencia y la calidad de las pruebas y los informes de COVID-19 en diferentes países afecten nuestros resultados”, dice el equipo.
Sea como fuere, si alguna vez entendemos cómo se propagó el COVID-19 por el mundo de la forma en que lo hizo, no deberíamos ignorar ningún medio útil para rastrear casos, especialmente cuando sabemos que estamos destinados a perdernos un muchos de ellos.
Fuente: Science Alert.