El “segundo cerebro” en tus intestinos pudo haber evolucionado antes del cerebro en tu cabeza

Biología

El sistema nervioso entérico (ENS) en nuestro intestino funciona de manera muy similar a otras redes neuronales en el cerebro y la médula espinal, tanto que a menudo se le llama el “segundo cerebro”. Ahora, un nuevo estudio ha revelado más sobre cómo funciona exactamente el ENS. Usando una técnica desarrollada recientemente que combina grabaciones de video de alta resolución con un análisis de la actividad eléctrica biológica, los científicos pudieron estudiar los dos puntos de los ratones y, en particular, la forma en que el intestino mueve su contenido.

Uno de los hallazgos clave fue descubrir cómo las miles de neuronas dentro del ENS se comunican entre sí, provocando contracciones en el tracto gastrointestinal para ayudar al proceso digestivo. Hasta ahora, no estaba claro cómo estas neuronas pudieron unir fuerzas para hacer esto.

“Curiosamente, el mismo circuito neuronal se activó durante las contracciones tanto propulsoras como no propulsoras”, dice el neurofisiólogo Nick Spencer de la Universidad Flinders en Australia.

El equipo encontró grandes grupos de neuronas conectadas que se activan para impulsar el contenido del colon más abajo en el intestino, a través de neuronas motoras tanto excitadoras (que provocan la acción) como inhibidoras (que bloquean la acción). El descubrimiento significa que el ENS está compuesto por una red de circuitos más avanzada, que cubre una sección más amplia del intestino e involucra una mayor cantidad de diferentes tipos de neuronas que trabajan en tándem de lo que se pensaba anteriormente. Otro hallazgo importante es que esta actividad es significativamente diferente de la propulsión que se observa en otros órganos musculares del cuerpo que no tienen un sistema nervioso incorporado, como los vasos linfáticos, los uréteres o la vena porta.

“El mecanismo identificado es más complejo de lo esperado y muy diferente de la propulsión de fluidos a lo largo de otros órganos huecos del músculo liso”, explican los investigadores en su artículo.

El equipo dice que respalda la hipótesis de que el ENS es de hecho el ‘primer cerebro’ en lugar del segundo, lo que sugiere que puede haber evolucionado en los animales mucho tiempo antes de que nuestros cerebros reales tomaran su forma actual. Si eso es cierto, las implicaciones van mucho más allá de las entrañas de los ratones, aunque se necesitarán más investigaciones para descubrir exactamente cómo las actividades del ENS afectan el funcionamiento del tracto gastrointestinal en diferentes especies.

“La sincronización de la actividad neuronal en grandes poblaciones de neuronas es común en el sistema nervioso de muchos animales vertebrados”, dice Spencer.

Fuente: Science Alert.

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