A medida que las capas de hielo polar se derriten, el proceso no solo aumenta el nivel del mar, sino que también deforma la superficie subyacente de la Tierra, revela un nuevo estudio, y algunos de los efectos se pueden ver a miles de kilómetros. Lo que está sucediendo es que la corteza terrestre se eleva y se extiende a medida que se levanta el peso del hielo en Groenlandia, la Antártida y las islas árticas. El movimiento no es enorme, con un promedio de menos de un milímetro al año, pero está ahí y cubre mucho terreno.
También está ocurriendo un ciclo de retroalimentación, porque a medida que el lecho de roca debajo del hielo se desplaza, eso a su vez afecta la forma en que el hielo continúa derritiéndose y desprendiéndose. Una comprensión completa de cómo funciona esto es esencial para modelar cómo podría verse nuestro mundo en el futuro.
“Los científicos han trabajado mucho directamente debajo de las capas de hielo y los glaciares”, dice la geofísica Sophie Coulson, del Laboratorio Nacional de Los Alamos en Nuevo México.
“Entonces sabían que definiría la región donde están los glaciares, pero no se habían dado cuenta de que era de escala global”.
Varios estudios previos han documentado la elevación que puede ocurrir cuando las capas de hielo se derriten, pero Coulson y sus colegas observaron más de cerca los cambios horizontales y en un área más amplia. Descubrieron que las deformaciones pueden variar significativamente de un año a otro.
En algunas áreas, el movimiento horizontal en realidad excede el movimiento vertical, encontraron los investigadores. Utilizaron datos satelitales y mediciones de campo que cubren los años 2003 a 2018 para medir el movimiento de la corteza en tres dimensiones.
Estos rebotes de la corteza en realidad pueden llevar miles de años; el estudio señala que todavía se sienten algunos cambios en la superficie de la Tierra desde el final de la última edad de hielo, hace unos 11.000 años.
“En escalas de tiempo recientes, pensamos en la Tierra como una estructura elástica, como una goma elástica, mientras que en escalas de tiempo de miles de años, la Tierra actúa más como un fluido de movimiento muy lento”, dice Coulson.
“Los procesos de la edad de hielo tardan mucho, mucho tiempo en desarrollarse y, por lo tanto, todavía podemos ver los resultados de ellos hoy”.
Los investigadores comparan el efecto del paquete de hielo con el de una tabla de madera que se empuja hacia abajo sobre el agua: cuando se quita la tabla y el peso desaparece, el líquido se expande para llenar el espacio disponible y lo mismo sucede con la corteza terrestre. Y dado que la tasa de derretimiento del hielo continúa aumentando en todo el mundo, es importante que los científicos puedan averiguar qué impacto está teniendo en la forma de la superficie de la Tierra, incluso si los cambios son relativamente pequeños cada año. Este nuevo estudio nos brinda datos más detallados sobre lo que está sucediendo que nunca antes, y eso es útil no solo para estudiar el derretimiento del hielo y los cambios en la forma de la Tierra, sino también para muchos otros campos de estudio científico.
“Comprender todos los factores que causan el movimiento de la corteza es realmente importante para una amplia gama de problemas de las ciencias de la Tierra”, dice Coulson.
“Por ejemplo, para observar con precisión los movimientos tectónicos y la actividad sísmica, necesitamos poder separar este movimiento generado por la pérdida de masa de hielo de hoy en día”.
Fuente: Science Alert.