Se han planteado serias preocupaciones sobre los impactos potenciales relacionados con la minería de aguas profundas si comienza, especialmente dada la gran cantidad de incógnitas y el daño ambiental a gran escala que puede causar. Ahora, por primera vez, los científicos han realizado una descripción general de las lagunas en el conocimiento sobre las áreas oceánicas objetivo, lo que demuestra que la ciencia es insuficiente para permitir que la actividad avance de manera segura.
La minería de aguas profundas (también conocida como minería de los fondos marinos profundos) generalmente se refiere a partes del océano a más de 200 metros de profundidad. Estas áreas son ricas en biodiversidad e incluyen características geológicas únicas, como cadenas montañosas, picos volcánicos y fosas profundas, creando entornos únicos y ricos.
Si bien se están realizando algunos proyectos de minería de aguas profundas en aguas territoriales de algunos países, la actividad no ha despegado en aguas internacionales. Esto se debe a que los países tienen que acordar un código minero internacional, que actualmente se encuentra en negociación y debate. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) es la agencia detrás de esta tarea.
Para los gobiernos y las empresas, la actividad proporcionaría una fuente confiable de minerales como níquel, cobre, plata y oro, todos frente a una creciente demanda de productos electrónicos y almacenamiento de energía. Para los científicos y los activistas, sacar los minerales es demasiado arriesgado, ya que afectaría en gran medida al lecho marino y al agua que lo rodea.
Buscando resolver el debate, un grupo de oceanógrafos de la Universidad de Hawái en Manoa revisó cientos de artículos científicos y entrevistó a docenas de partes interesadas en la minería de aguas profundas, revisando lo que sabemos hasta ahora sobre la práctica. Llegaron a la conclusión de que simplemente no hay suficiente ciencia para respaldar la toma de decisiones basada en evidencia para permitir que la actividad comience pronto.
“Este análisis de brechas destaca cuánto necesitamos saber aún sobre los ecosistemas de aguas profundas para gestionar de manera efectiva la minería de los fondos marinos, e incluso para saber cuán dañina será la minería para los ecosistemas oceánicos desde el fondo marino hasta la superficie del océano”, dijo Craig Smith, coautor del estudio en un comunicado. “Debemos tener extrema precaución al avanzar con la minería de los fondos marinos”.
Los principales problemas que se avecinan
En el estudio, los investigadores argumentaron que la minería en aguas profundas generaría impactos ambientales en cinco categorías:
- Remoción de los recursos y efectos sobre la fauna y la superficie del fondo marino.
- Generación de penachos de sedimentos a partir de la perturbación del fondo marino.
- Liberación química.
- Aumentos en el ruido, la vibración y la luz.
- Impactos acumulativos.
Las prácticas de minería en aguas profundas podrían conducir fácilmente a la pérdida de la integridad del fondo marino alrededor de las áreas explotadas. También podrían reducir la biodiversidad y fragmentar los hábitats, como lo que estamos viendo en la tierra. También podría haber conflictos con las actividades existentes. La industria pesquera, por ejemplo, podría ver una reducción en la captura pesquera y un desplazamiento del esfuerzo pesquero, argumentaron los investigadores.
Todavía no existen enfoques probados para restaurar o rehabilitar los ecosistemas de aguas profundas o lograr una meta de pérdida neta nula de biodiversidad, encontró el estudio. Además, los probables altos costos y los desafíos técnicos de las técnicas de restauración podrían ser imposibles para las profundidades del mar, especialmente considerando las vastas escalas espaciales que se espera que se vean afectadas para obtener los minerales.
Los investigadores también encuestaron a diferentes partes interesadas, y casi el 90% de ellas concluyó que el conocimiento científico sobre las profundidades marinas aún es demasiado limitado para minimizar los riesgos ambientales y garantizar la protección del medio ambiente marino. La brecha científica más citada fue la información de referencia ambiental integral para las regiones donde puede ocurrir la minería en los fondos marinos.
“Teniendo en cuenta que los ecosistemas objetivo de la minería se encuentran entre los más prístinos y biodiversos del océano, debemos ser
extremadamente cautelosos al avanzar con la minería de los fondos marinos. De lo contrario, la minería en las profundidades del mar puede acelerar las crisis de extinción de especies y la pérdida de servicios ecosistémicos que estamos presenciando en nuestro planeta”, dijo Smith en un comunicado.
El estudio fue publicado en la revista Marine Policy.
Fuente: ZME Science.