Los investigadores están trabajando para eliminar el colesterol del tomate y, en su lugar, poner allí un precursor de la vitamina D3. La vitamina D es un compuesto importante para el desarrollo y mantenimiento saludables de nuestro cuerpo. Está directamente involucrado en la absorción de varios elementos importantes en los intestinos y la capacidad de nuestro cuerpo para utilizar el calcio. Sin embargo, muy pocos alimentos contienen niveles significativos de este compuesto, y las plantas son especialmente pobres en este sentido. Las personas obtienen parte de sus necesidades de vitamina D3 a través de la piel, donde el compuesto se sintetiza bajo la exposición a la luz solar, pero todavía dependemos en gran medida de la dieta para obtener este compuesto.
Sin embargo, un equipo de investigadores europeos tiene como objetivo cambiar eso modificando los tomates para reducir su contenido de colesterol y aumentar los niveles de provitamina D3, una molécula precursora de la vitamina, que producen naturalmente. Su enfoque involucró la ingeniería genética de las plantas para bloquear la acción de una enzima que transforma la provitamina en colesterol.
Tomate 2.0
Las deficiencias de vitamina D son una causa importante de problemas de salud global en todo el mundo. Tales deficiencias pueden conducir a un mayor riesgo de desarrollar afecciones o enfermedades como el cáncer, el Parkinson o la demencia. Se estima que mil millones de personas en todo el mundo sufren complicaciones causadas por la deficiencia de vitamina D, explican los autores.
Para el estudio, el equipo editó un gen en tomates que codifica la enzima 7-dehidrocolesterol (7-DHC) reductasa. Esta sustancia trabaja para convertir la provitamina D3 en colesterol.
“[El precursor] 7-DHC está presente en las hojas y frutos verdes inmaduros, pero no en los frutos maduros, que son los que más se consumen”, explica el documento.
En la piel, la provitamina D3 se convierte en vitamina D3 por exposición a la luz ultravioleta. Según las mediciones del equipo, la cantidad de provitamina D3 contenida en una de sus frutas de tomate modificadas es equivalente a la cantidad de vitamina D3, si se transformara, contenida en dos huevos medianos o 28 gramos de atún. Los frutos de tomate modificados podrían, por lo tanto, satisfacer los requerimientos diarios de vitamina D3 tanto para niños como para adultos. El equipo señala que sus modificaciones no tienen un impacto notable en la tasa de desarrollo de la planta o en el rendimiento total.
Tal desarrollo es particularmente emocionante ya que las personas obtienen vitamina D3 principalmente de productos animales en su dieta. Estos productos tienden a ser más caros y más difíciles de almacenar y comercializar que los productos vegetales, lo que significa que menos personas tienden a tener acceso a ellos. También requieren más recursos para producir, lo que ejerce una presión desmesurada sobre nuestro medio ambiente en comparación con plantas como cereales, verduras o frutas.
Combatir el hambre en el mundo es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y la vitamina D3 es un micronutriente vital que puede ser difícil de obtener a través de dietas más pobres. Garantizar que las personas tengan una fuente barata de vitamina D3 contribuiría en gran medida a combatir el hambre en el mundo. Tener una opción de este tipo basada en plantas sería ideal, ya que también ayudaría a proteger el medio ambiente de la tensión de nuestras industrias de producción de alimentos, una tensión que solo aumentará a medida que aumente la población y se diversifique la dieta.
El artículo “Los tomates biofortificados proporcionan una nueva ruta hacia la suficiencia de vitamina D” se ha publicado en la revista Nature.
Fuente: ZME Science.