El rover lunar indio detecta azufre y otros elementos en el polo sur de la Luna

Astronáutica

Ha pasado una semana desde que la misión india Chandrayaan-3 alunizó. Ahora, el rover (Pragyan), que navega por la parte sur de la Luna, envía una gran cantidad de información. La Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) confirmó que el rover detectó elementos como azufre, aluminio, hierro, calcio, cromo, titanio, manganeso y oxígeno en la superficie lunar. Estos hallazgos podrían proporcionar información valiosa para futuras misiones lunares, particularmente aquellas centradas en una base científica humana que podría hacer un buen uso de estos recursos químicos.

Según la ISRO, esto marca “las primeras mediciones in situ (en el espacio original) sobre la composición elemental de la superficie cerca del polo sur” y encontró una gran cantidad de sustancias químicas, incluidos azufre y oxígeno, en el suelo lunar. Se sabe desde hace tiempo (o más bien se supone firmemente) que hay azufre en el suelo lunar, pero encontrarlo in situ sigue siendo un logro impresionante, dijo a la BBC Noah Petro, científico del proyecto de la NASA.

“Creo que Isro destaca que está in situ, por lo que es importante haber medido el azufre en la superficie lunar. El azufre es un elemento volátil si no está dentro de un mineral. Entonces, si no es parte de un cristal, es genial verlo verlo medido en la superficie”, añadió.

Pero Chandrayaan-3 no está sólo en una misión geológica.

Más que una simple búsqueda de rocas
El rover también está buscando signos de agua congelada, lo que potencialmente podría sustentar futuras misiones de astronautas como fuente de agua potable o incluso combustible para cohetes. De hecho, es por eso que el rover aterrizó allí.

La luna no tiene una atmósfera espesa que pueda retener agua en su lugar, pero se ha visto agua congelada en los lados permanentemente sombreados del polo sur lunar. Este hielo sería un recurso extremadamente valioso para cualquier misión humana a largo plazo.

Además, el rover y su módulo de aterrizaje estudiarán la atmósfera de la Luna y la actividad sísmica (temblores lunares), brindando a los científicos una imagen más clara de nuestro vecino celestial. Por ejemplo, los datos publicados recientemente por ISRO muestran que la temperatura cambia drásticamente bajo la capa superior del suelo lunar.

Navegando por cráteres y ambiciones
El rover maniobra con mucho cuidado, a una velocidad lenta de unos 10 centímetros por segundo. Al principio se movía aún más lento, a 1 cm por segundo, para garantizar que el accidentado terreno de la luna no causara ningún problema técnico. Recientemente tuvo que reprogramar su ruta para evitar un cráter de 4 metros de ancho. El ajuste fue exitoso y el rover continúa su exploración de manera segura.

El tiempo de funcionamiento previsto del rover es de un día lunar o unos 14 días terrestres. La electrónica del rover no está diseñada para soportar la gélida noche lunar. El rover está equipado con un ciclo de sueño y despertar alimentado por energía solar, lo que podría resultar en un tiempo de funcionamiento más largo de lo planeado, pero esto sería una ventaja.

Además de ser una misión extraordinaria que mejora nuestra comprensión de la Luna, también consolida las ambiciones espaciales de la India. Chandrayaan-3 es un ejemplo sólido de la “ambición espacial” del primer ministro indio, Narendra Modi, que quiere posicionar a la India como un importante centro de innovación tecnológica.

La misión comenzó hace más de un mes con un coste estimado de 75 millones de dólares, un coste muy bajo teniendo en cuenta que estamos hablando de llevar un rover a la luna. Para hacerlo aún más impresionante, el exitoso aterrizaje de la India se produce inmediatamente después de una misión fallida del Luna-25 de Rusia, que se estrelló en una órbita incontrolada, lo que demuestra que aterrizar un rover en la Luna no es nada trivial. Más allá de los avances científicos, la misión ha elevado a la India a la liga selecta de países capaces de realizar proyectos espaciales complejos.

Fuente: ZME Science.

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