Un naturalista recolectó flores hace 500 años. Ahora, científicos las usan para mostrar el impacto del cambio climático

Biología

Entre 1551 y 1586, el naturalista Ulisse Aldrovandi recolectó, cortó y secó plantas de la región de Bolonia en Italia, creando una de las colecciones más ricas de su tiempo. Ahora, un equipo internacional de botánicos y biólogos ha vuelto a su colección y la ha utilizado para rastrear los enormes cambios que han ocurrido en el paisaje de Bolonia.

Los herbarios son archivos de plantas secas, cuidadosamente prensadas en las páginas de los libros para su conservación. Estas páginas no sólo contienen los especímenes de plantas, sino que también presentan detalles sobre la planta prensada, incluido su nombre. Durante siglos, botánicos, naturalistas y entusiastas de las plantas han mantenido estas impresionantes cápsulas del tiempo botánicas.

El propósito original de los herbarios era discutir la identidad de las especies de plantas y comprender cuáles son las especies adecuadas para utilizar con fines farmacéuticos. Sin embargo, los investigadores ahora han encontrado otro uso. Al comparar estas recolecciones realizadas durante largos períodos en una sola área, es posible rastrear los cambios en la vida vegetal.

“Para la ciencia actual, uno de los usos más interesantes de los herbarios renacentistas es desentrañar su memoria botánica para rastrear el efecto de los cambios globales en la biodiversidad. En esta perspectiva, su importancia está relacionada con la disponibilidad de información sobre el período y los sitios de recolección”, escribió el equipo en la revista Royal Society Open Science.

Una colección impresionante

Hojas pertenecientes a Cucurbita pepo, una de las especies domesticadas más antiguas, de la que se obtienen variedades de calabacines, además de zapallos y calabazas. Fotografía: Alma Mater Studiorum/Biblioteca Universitaria di Bolonia.

El herbario de Ulisse Aldrovandi, conservado y digitalizado en la Universidad de Bolonia, incluye alrededor de 5.000 ejemplares recogidos en los alrededores de Bolonia. Consta de 15 libros, cada uno de los cuales incluye desde 169 hasta 581 ejemplares pegados en hojas. En el momento de su creación, era la colección de plantas secas más rica existente en Europa.

Desde una perspectiva histórica y científica, la importancia de este herbario es inestimable, afirmaron los investigadores. Posee los ejemplares más antiguos de algunas especies utilizadas actualmente con fines alimentarios, ornamentales o medicinales que fueron introducidas desde el Nuevo Mundo, desde África o desde Asia central, como el Aloe vera y la Nicotiana tabacum.

En el estudio, los investigadores analizaron la flora de la provincia de Bolonia durante el Renacimiento a partir del herbario de Aldrovandi. Luego rastrearon los cambios florísticos a lo largo de cinco siglos, utilizando el herbario de Girolamo Cocconi (con muestras de 1883) y de Emilia Romanaga (con muestras de 1965 a 2021).

Exploraciones de los especímenes, incluido (a la izquierda) un Stratiotes aloides de 1551, recolectados en las marismas de Valle Padusa al norte de Bolonia, que alguna vez fueron abundantes pero ahora están al borde de la extinción en Italia. Fotografía: Alma Mater Studiorum/Biblioteca Universitaria di Bolonia.

Los tres se elaboraron recogiendo muestras de plantas de Bolonia. “Exploramos posibles variaciones en la distribución nativa y la composición de las formas de vida, y la afinidad del hábitat de las especies en las tres floras, contrastando también entre especies nativas y exóticas. Luego se interpretaron los patrones florísticos a la luz de los cambios globales”, escribieron los investigadores.

Identificaron cambios en las poblaciones y diversidad de plantas y la desaparición de algunas. La agripalma, por ejemplo, alguna vez prevaleció en la zona, pero ya no crece allí. También descubrieron que el número total de especies que crecen en el área ha aumentado a lo largo de los siglos, pero que la calidad ha disminuido y las especies raras han desaparecido.

Actualmente en Bolonia crece un gran número de especies exóticas, con un aumento del 1.000% sólo en plantas con flores. Los investigadores sugieren que estas plantas llegaron de otras tierras gracias al comercio. También descubrieron que era posible ver cambios en la vida vegetal debido a eventos climáticos, como la Pequeña Edad del Hielo (de 1300 a aproximadamente 1850 d.C.).

Esto se evidencia por la presencia de especies de alta montaña, que eran raras en los herbarios de Aldrovandi pero están más representadas en el de Cocconi. De hecho, en Europa la temperatura media en verano fue entre 2 y 3°C más baja que en el siglo XX y el clima era más árido, lo que provocó un desplazamiento descendente de la línea de árboles de hasta 200 metros.

Para los investigadores, los hallazgos muestran la importancia de continuar recolectando especímenes de herbario y mantener los herbarios activos. No hacerlo causaría “lagunas irreparables” en la memoria botánica del mundo, afectando nuestra capacidad para documentar la biodiversidad y predecir sus trayectorias durante décadas de rápidos cambios globales.

Fuente: ZME Science.

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