El alcohol es la sustancia adictiva más común en el mundo. Cada año en Estados Unidos el consumo excesivo de alcohol cuesta 249 mil millones de dólares y causa aproximadamente 88.000 muertes, así como diversas enfermedades crónicas y problemas sociales. El trastorno por consumo de alcohol, un trastorno crónico, recurrente y de alta prevalencia, afecta a más de 14 millones de personas sólo en los EE. UU., además de estar gravemente subtratado, con sólo tres terapias farmacológicas modestamente efectivas disponibles.
Se ha demostrado que la exposición crónica al alcohol produce profundas neuroadaptaciones en regiones específicas del cerebro, incluido el reclutamiento de neurotransmisores clave del estrés, lo que en última instancia provoca cambios en el cuerpo que sustentan el consumo excesivo de alcohol. El área del cerebro conocida como “núcleo del lecho de la estría terminal” (BNST) está implicada de manera crítica en la respuesta conductual al estrés, así como en el consumo crónico y patológico de alcohol.
Investigadores de la Escuela de Medicina Chobanian & Avedisian de la Universidad de Boston han identificado que un péptido llamado polipéptido activador de adenilato ciclasa pituitaria (PACAP) está involucrado en el consumo excesivo de alcohol. Además, han descubierto que este péptido actúa en la zona del BNST. Utilizando un modelo experimental establecido para el consumo excesivo e intermitente de alcohol, los investigadores observaron que durante la abstinencia, este modelo mostraba niveles elevados del neuropéptido del estrés PACAP de forma selectiva en el BNST, en comparación con el modelo de control.
Curiosamente, también se observó un aumento similar en los niveles de otro neuropéptido de estrés estrechamente relacionado con PACAP, el péptido relacionado con el gen de la calcitonina o CGRP. Ambos péptidos han sido implicados en el estrés y en la sensibilidad al dolor, pero su papel en la adicción al alcohol está menos establecido.
Luego, los investigadores utilizaron un virus en un modelo transgénico para bloquear las vías neuronales que contienen PACAP y que llegan específicamente al BNST. “Descubrimos que la inhibición de PACAP para el BNST reducía drásticamente el consumo excesivo de etanol”, explicó la coautora correspondiente Valentina Sabino, Ph.D., codirectora del Laboratorio de Trastornos Adictivos de la Escuela y profesora de farmacología, fisiología y biofísica.
Según los investigadores, estos resultados proporcionan evidencia de que esta proteína media en las propiedades adictivas del alcohol. “Encontramos un actor clave, el PACAP, que impulsa el consumo excesivo de alcohol, y que puede ser un objetivo para el desarrollo de nuevas terapias farmacológicas”, añadió el coautor correspondiente Pietro Cottone, Ph.D., profesor asociado de farmacología, fisiología y biofísica y codirector del Laboratorio de Trastornos Adictivos.
Estos hallazgos aparecen en línea en la revista eNeuro.
Fuente: Medical Xpress.