La notable recuperación de un paciente del mieloma múltiple, un cáncer común de la sangre, hace varios años ha llamado la atención de los investigadores, quienes quedaron atónitos por el hecho de que el paciente fue tratado por una enfermedad completamente diferente. El interés en la posible conexión ha llevado ahora a un equipo español y francés a descubrir que el virus de la hepatitis B (VHB) y el virus de la hepatitis C (VHC) están relacionados con el desarrollo del mieloma múltiple y etapas anteriores no cancerosas conocidas como gammapatías monoclonales. Su estudio reciente confirma que la detección temprana de la hepatitis B y C podría ayudar a los médicos a prevenir que las gammapatías monoclonales progresen hasta convertirse en cáncer mediante el tratamiento de estas infecciones virales.
“Demostramos que la terapia antiviral mejora la supervivencia de los pacientes con mieloma múltiple VHB positivo”, escriben en su artículo publicado la científica biomédica Alba Rodríguez-García de la Unidad de Investigación Clínica de Neoplasias Hematológicas de España y sus colegas.
“Nuestro estudio también confirma en una cohorte grande que el tratamiento antiviral mejora el resultado del mieloma múltiple en pacientes infectados por el VHC”.
El mieloma múltiple es un cáncer que se desarrolla en la médula ósea a partir de células plasmáticas anormales, un tipo de glóbulo blanco que normalmente produce anticuerpos para combatir infecciones. La enfermedad se caracteriza por múltiples tumores.
Las células plasmáticas anormales proliferan y producen demasiada cantidad de un anticuerpo, lo que varía en cada caso. Este anticuerpo, llamado proteína del mieloma, se puede utilizar como biomarcador para indicar la presencia de cáncer o una afección similar. Antes del mieloma múltiple, existen etapas anteriores llamadas gammapatía monoclonal de significado indeterminado (GMSI) y mieloma latente (SMM).
La investigación y el tratamiento del mieloma múltiple han avanzado, pero la enfermedad todavía se considera incurable. Algunos estudios han relacionado la exposición crónica a sustancias específicas (subproductos virales, por ejemplo) con la GMSI y el mieloma múltiple. La leucemia linfocítica crónica y el linfoma (dos enfermedades que involucran receptores necesarios para reconocer anticuerpos) también se han relacionado con infecciones a largo plazo.
Los investigadores también han encontrado vínculos entre el mieloma múltiple y las infecciones por otros virus como el VIH o el virus de Epstein-Barr. Averiguar qué intentan atacar los anticuerpos del paciente puede ayudar a controlar la enfermedad.
El mismo grupo publicó anteriormente un estudio en 2022 en el que participaron nueve pacientes con hepatitis C y gammapatía monoclonal. Los que fueron tratados con medicación antiviral mostraron una mayor mejoría en el mieloma múltiple o la gammapatía monoclonal en comparación con los que no lo fueron. Aún más alentador: la medicación antiviral puso a uno de esos pacientes con mieloma múltiple en remisión completa a largo plazo, al parecer durante al menos cuatro años en ese momento.
El nuevo estudio de Rodríguez-García y su equipo involucró a 45 pacientes con gammapatía monoclonal y hepatitis B. En el 36,7% de los casos en los que pudieron detectar el tipo de anticuerpos excesivos que se producían, se dirigió específicamente al VHB, lo que sugiere que su gammapatía fue impulsada por el VHB. Al recibir tratamiento antiviral, la gammapatía de dos de esos pacientes no progresó.
Luego observaron un grupo más grande de más de 2500 pacientes de mieloma múltiple con hepatitis B o C. En ambos grupos, encontraron que aquellos que recibieron tratamiento antiviral tenían mayores posibilidades de supervivencia.
“Este estudio demuestra la importancia de los tratamientos antivirales para pacientes con gammapatías clonales provocadas por el VHB o el VHC, incluido el mieloma múltiple”, concluyen los autores.
“La terapia antiviral debe prescribirse lo antes posible en el desarrollo de gammapatías clonales ligadas al VHB o al VHC, idealmente en la etapa de GMSI”.
La investigación ha sido publicada en Haematologica.
Fuente: Science Alert.