La misión de defensa DART modificó la trayecoria del asteroide Dimorphos

Astronáutica

Dimorphos, una pequeña luna con forma de patata que orbita alrededor del asteroide más grande Didymos, era prácticamente desconocida para la mayoría de la gente hasta hace poco. Pero el 26 de septiembre de 2022, se convirtió en el escenario de un evento histórico: la primera misión deliberada de defensa planetaria, la Prueba de Redirección de Doble Asteroide (DART) de la NASA.

DART fue una iniciativa audaz para evaluar la capacidad de la humanidad para prevenir una colisión catastrófica de asteroides. La idea era apuntar a Dimorphos y cambiar la órbita de su luna mediante un impacto cinético directo. La exitosa misión marcó un momento histórico. Demostró por primera vez que el ingenio humano podía modificar la trayectoria de los objetos celestes.

Pero este fue sólo un aspecto de la misión. DART no se trata sólo de probar nuestra capacidad para desviar asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra. También se trata de explorar asteroides y el nacimiento de nuestro sistema solar.

Dimorphos es débil

Imágenes de radar del Observatorio de Arecibo de 2003. Esta fue nuestra mejor vista de Dimorphos en ese momento. Imagen vía Wikimedia Commons.

La misión DART desvió la luna Dimorphos al chocar directamente con ella a gran velocidad. Este impacto alteró el impulso de Dimorphos, lo que provocó un cambio en su trayectoria orbital alrededor de su asteroide padre, Didymos.

Como resultado, los investigadores de la NASA esperaban que DART creara un cráter de tamaño considerable. Pero la misión transformó la superficie de Dimorphos de maneras imprevistas. La colisión generó una cortina de eyecciones, impulsando escombros al espacio y alterando la topografía de la superficie del asteroide. Este fenómeno proporcionó datos críticos sobre la integridad estructural del asteroide y la dinámica de las eyecciones en ambientes de microgravedad, ofreciendo nuevas perspectivas sobre la composición y el comportamiento del material del asteroide.

Sabina Raducan y su equipo utilizaron simulaciones avanzadas de física de choque, guiadas por los hallazgos iniciales de la misión DART, para estudiar el impacto en Dimorphos. Sus modelos, que coinciden estrechamente con las observaciones reales del impacto, indican que Dimorphos es un asteroide débil, con características superficiales similares a las de otros asteroides.

Las simulaciones sugieren que Dimorphos es un asteroide “montón de escombros”, un tipo caracterizado por una colección suelta de rocas unidas por fuerzas gravitacionales débiles. Sorprendentemente, la misión descubrió que la fuerza cohesiva de Dimorphos era mucho menor de lo previsto y su densidad aparente era comparable a la de otros asteroides bien estudiados como Ryugu y Bennu. Estos hallazgos sugieren que a pesar de sus variadas apariencias y órbitas, estas rocas espaciales comparten orígenes o procesos de formación comunes.

Los hallazgos, una vez más, son importantes en dos frentes. En primer lugar, sugieren que muchos asteroides pueden haberse formado de la misma manera y pueden ser estructuralmente débiles.

Esto allana el camino para mecanismos defensivos más eficaces contra posibles amenazas de asteroides, que podrían resultar útiles en el futuro. Enriquecer nuestra comprensión de nuestro sistema solar es, al mismo tiempo, hacernos un poco más seguros en el sistema solar.

El estudio fue publicado en Nature Astronomy.

Fuente: ZME Science.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *