Vacuna contra el cáncer para perros es “verdaderamente revolucionaria”, según científicos

Salud y medicina

Una vacuna contra el cáncer para perros desarrollada recientemente está mostrando resultados prometedores en ensayos clínicos, que se llevan a cabo desde 2016, y existe la esperanza de que algunos de los beneficios de la vacuna puedan traducirse en tratamientos contra el cáncer en humanos. Hasta la fecha, más de 300 perros han sido tratados con la vacuna y la tasa de supervivencia a doce meses para caninos con ciertos cánceres se ha elevado de aproximadamente del 35 al 60%. Los tumores en muchos de los animales también se han reducido.

Conocido oficialmente como inmunoterapéutico contra el cáncer con péptido canino EGFR/HER2, el tratamiento surgió de estudios de enfermedades autoinmunes, en las que el sistema inmunológico daña el propio tejido del cuerpo en lugar de cualquier amenaza invasora. La vacuna está diseñada para lograr que el sistema inmunológico ataque el cáncer.

“En muchos sentidos, los tumores son como el objetivo de enfermedades autoinmunes”, dice el reumatólogo Mark Mamula, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.

“Las células cancerosas son su propio tejido y son atacadas por el sistema inmunológico. La diferencia es que queremos que el sistema inmunológico ataque un tumor”.

Regresión de metástasis pulmonares en un paciente canino. Las radiografías de tórax se tomaron con tres meses de diferencia. Doyle et al., Translational Oncology, 2021.

Como se describe en un estudio de 2021 realizado por Mamula y sus colegas, el tratamiento hace que las células inmunitarias produzcan defensas de anticuerpos, que se adhieren a los tumores e interfieren con sus patrones de crecimiento. Específicamente, estos anticuerpos cazan dos proteínas: el receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) y el receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano (HER2). Las mutaciones que causan la sobreexpresión de estas proteínas provocan una división celular descontrolada en algunos cánceres humanos y caninos.

Los tratamientos existentes dirigidos a EGFR y HER2 recurren a un solo tipo de anticuerpo. La nueva vacuna potencia sus efectos al crear una respuesta policlonal, que involucra anticuerpos de múltiples células inmunes, en lugar de una sola, lo que dificulta que el cáncer se vuelva resistente al fármaco.

“En oncología veterinaria, nuestra caja de herramientas es mucho más pequeña que la de la oncología humana”, dice el oncólogo veterinario Gerry Post, de la Facultad de Medicina de Yale. “Esta vacuna es verdaderamente revolucionaria. No podría estar más emocionado de ser oncólogo veterinario”.

Por ahora, la vacuna sigue siendo una opción de tratamiento posterior al diagnóstico más que una medida preventiva, pero ya ha ayudado a perros como Hunter: ahora está libre de cáncer, dos años después de que le diagnosticaran osteosarcoma, un tipo de cáncer de huesos.

Normalmente, sólo alrededor del 30% de los perros con osteosarcoma sobrevivirán más de doce meses. Aproximadamente uno de cada cuatro perros contraerá cáncer durante su vida, por lo que el impacto potencial del tratamiento es enorme. Teniendo en cuenta las similitudes entre el cáncer de perro y el cáncer humano, desde las mutaciones genéticas y el comportamiento de los tumores hasta las respuestas al tratamiento, los investigadores sugieren que la vacuna también ayudará a comprender los cánceres en humanos.

El equipo de la Universidad de Yale tampoco es el único que está logrando avances en los tratamientos contra el cáncer canino. Los investigadores también están probando varias inmunoterapias para perros con melanoma y linfoma. Sin embargo, como ocurre con el cáncer humano, no todos los perros responden al tratamiento y es difícil predecir cuáles lo hacen.

“Los perros, al igual que los humanos, padecen cáncer de forma espontánea”, afirma Mamula. “Crecen, metastatizan y mutan, tal como lo hacen los cánceres humanos”.

“Si podemos brindar algún beneficio, algún alivio (una vida sin dolor), ese será el mejor resultado que podríamos tener”.

La investigación ha sido publicada en Translational Oncology.

Fuente: Science Alert.

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