En la ciudad de Laramie, Wyoming, dos grupos especiales intentaban resolver acertijos. Un grupo de mapaches intentaba resolver los acertijos que los investigadores humanos les habían planteado. Mientras tanto, los humanos intentaban resolver el acertijo de cuán inteligentes eran los mapaches.
A menudo se ve a los mapaches urbanos hurgando en los botes de basura y explorando los patios traseros de las ciudades. Pero, ¿se trata de un comportamiento puramente carroñero o implica una exploración intelectual activa?
Lauren A. Stanton, de la Universidad de Wyoming, y sus colegas creen que se trata de esto último, y tienen los datos para demostrarlo. En un nuevo estudio, los investigadores demostraron que los mapaches son innovadores y resuelven problemas de forma flexible.
El acertijo de la ciudad
Una ciudad es, en sí misma, una especie de gran acertijo, ya que la urbanización presenta una serie de desafíos, pero también oportunidades para la vida silvestre. Esencialmente, la rápida transformación de los paisajes naturales en entornos urbanos obliga a los animales a adaptarse o perecer. Para los generalistas en cuanto a la dieta, como los mapaches, la capacidad de innovar puede significar la diferencia entre la supervivencia y la extinción.
En este contexto, la innovación se define como la creación de nuevos comportamientos o el uso novedoso de comportamientos existentes. Esto es importante para muchos animales, pero es particularmente relevante en entornos urbanos donde las fuentes de alimentos y las amenazas cambian constantemente, como las ciudades.
Estudios anteriores han demostrado que los mapaches son curiosos y muy inteligentes. De hecho, son una de las pocas especies que se han adaptado excelentemente al hostil ecosistema urbano.
El estudio se llevó a cabo durante dos años, de agosto a octubre de 2016 y 2017. Los investigadores capturaron y etiquetaron a 39 mapaches únicos de tres lugares diferentes en Laramie. Se registró la edad, el sexo y el comportamiento exploratorio de cada mapache para analizar su éxito en la resolución de problemas.
Para evaluar las habilidades de resolución de problemas de los mapaches, los investigadores diseñaron cajas de rompecabezas con múltiples compartimentos que contenían recompensas de comida. Algunas de las cajas eran más simples y tenían una solución de un solo tipo, mientras que otras se podían abrir de múltiples maneras. Utilizando etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID), el equipo pudo rastrear las interacciones individuales de los mapaches con las cajas.
Los mapaches mostraron una notable flexibilidad e individualidad al resolver las cajas de rompecabezas. De los 35 mapaches probados con la caja de rompecabezas de una sola solución, ocho aprendieron con éxito a abrir las puertas, lo que demuestra habilidades significativas para la resolución de problemas. Curiosamente, los mapaches con mayor diversidad exploratoria durante su primera prueba tenían más probabilidades de tener éxito, lo que indica que los mapaches tienen un incentivo para ser innovadores.
La caja de rompecabezas de múltiples soluciones presentó un desafío más complejo, con cuatro tipos diferentes de pestillos. De los 31 mapaches probados, siete resolvieron con éxito múltiples tipos de pestillos. Curiosamente, estos mapaches no se adhirieron a una secuencia fija para resolver los pestillos, lo que indica su capacidad para adaptarse y aprender diferentes soluciones.
Los mapaches jóvenes, en particular, mostraron un mayor comportamiento exploratorio y una mayor tasa de éxito en comparación con los adultos. Esto respalda la hipótesis de que “la necesidad impulsa la innovación”, lo que sugiere que los individuos más jóvenes y menos experimentados están más dispuestos a experimentar e innovar cuando se enfrentan a desafíos novedosos.
Los mapaches aprenden como nosotros
El conocimiento previo jugó un papel importante en el éxito. Los mapaches que habían resuelto previamente la caja de una sola solución tendieron a optar por soluciones más complejas cuando se enfrentaron a la caja de múltiples soluciones. Esto sugiere que la experiencia con tareas de resolución de problemas mejora la flexibilidad cognitiva y la innovación.
“Creemos que esto ilustra cómo el aprendizaje genera aprendizaje: como nosotros, los animales pueden aprender nuevas habilidades básicas, y luego desarrollar motivación y conocimiento que les permite desarrollar habilidades más complejas”, explicó. “Y como hicimos este estudio en entornos salvajes, en el patio trasero, nos da una primicia sobre cómo los comportamientos innovadores de búsqueda de alimento se desarrollan naturalmente en entornos urbanos”.
“Creemos que los mapaches más jóvenes, que son más ingenuos y tienen una condición corporal más pobre, tienen más probabilidades de asumir mayores riesgos para sobrevivir”, agregó la investigadora.
Comprender las capacidades cognitivas de la vida silvestre urbana puede informar las estrategias de conservación y gestión. Al reconocer el potencial innovador de especies como los mapaches, los planificadores urbanos y los administradores de la vida silvestre pueden diseñar ciudades que se adapten a la vida silvestre y coexistan con ella. Esto incluye la creación de espacios verdes, el diseño de infraestructuras respetuosas con la vida silvestre y la implementación de medidas para reducir los conflictos entre los humanos y la vida silvestre.
“Nuestros hallazgos sirven como recordatorio de que los mapaches y otros animales no se involucrarán en situaciones de riesgo si no es necesario”, dijo. “Por lo tanto, depende de nosotros, como personas, establecer límites humanos con la vida silvestre y asegurarnos de que nuestras estrategias de gestión sean sólidas desde el principio”.
En concreto, debido a que algunos mapaches tienen diferentes estrategias de resolución de problemas, a los diferentes grupos que viven en el mismo lugar se les puede brindar diferentes tipos de apoyo, evitando la competencia por los mismos recursos.
“Las variables naturales como la edad o la competencia entre animales urbanos no se han tenido realmente en cuenta en esta gran cuestión de si las ciudades están haciendo que los animales sean más ‘inteligentes’”, afirmó. “Nuestro estudio ha descubierto factores importantes que debemos tener en cuenta al pensar en cuándo y cómo los animales utilizan su inteligencia para adaptarse a la vida urbana”.
Referencia de la revista: Lauren A. Stanton et al, Wild raccoons demonstrate flexible and individuality in innovative problem-solving, Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences (2024). DOI: 10.1098/rspb.2024.0911
Fuente: ZME Science.