La Luna podría convertirse pronto en la primera zona de construcción extraterrestre de la humanidad, con planes para asentamientos humanos permanentes, un sistema de trenes levitantes y nuevos e innovadores reactores nucleares en proceso de elaboración. Pero antes de que nada de eso suceda, la Luna necesitará luz.
Un día en la Luna dura el equivalente a dos semanas terrestres, y las gélidas noches lunares no son más cortas. Estas noches largas y oscuras ya han demostrado ser desastrosas para los módulos de aterrizaje lunares que dependen de la luz solar para obtener energía, y podrían representar amenazas aún mayores para los exploradores humanos en las próximas décadas. Ahora, la empresa de tecnología espacial Honeybee Robotics (parte de Blue Origin de Jeff Bezos) ha propuesto una solución: enormes farolas lunares que también funcionan como baterías alimentadas por energía solar.
Puede parecer descabellado, pero el proyecto, llamado Lunar Utility Navigation with Advanced Remote Sensing and Autonomous Beaming for Energy Redistribution (Navegación Utilitaria Lunar con Detección Remota Avanzada y Transmisión Autónoma para Redistribución de Energía, o LUNARSABER), es uno de los varios proyectos financiados por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) del gobierno de Estados Unidos para impulsar la próxima era de la exploración lunar. Y un reciente video promocional publicado en YouTube muestra que la tecnología está dando pasos adelante.
Como explica en el video el investigador principal del proyecto, Vishnu Sanigepalli, cada lámpara LUNARSABER sería mucho más alta que las que hay en la esquina de tu calle; de hecho, con 100 metros de altura, serían más altas que la Estatua de la Libertad. Estos enormes postes de luz están diseñados para almacenar energía solar durante el día lunar y luego iluminar el área circundante con potentes reflectores durante la noche lunar de dos semanas que sigue.
La gran altitud de las lámparas es crucial no sólo para observar por encima de los bordes de los enormes cráteres lunares, sino también para elevar hasta una tonelada métrica de equipos científicos, como cámaras y dispositivos de comunicación, a puntos de observación más altos, explicó Sanigepalli.
Mientras tanto, la base de cada torre estaría equipada con adaptadores de corriente para ayudar a recargar los vehículos lunares u otra infraestructura lunar hipotética que estuviera cerca. Si se pueden desplegar varias torres LUNARSABER en diferentes partes de la superficie lunar, esta red de faros podría servir como la primera red eléctrica de la luna, dijo Sanigepalli.
Por supuesto, erigir estructuras tan colosales en la luna plantea desafíos. Para abordarlos, los ingenieros de Honeybee han diseñado un sistema automatizado mediante el cual cada torre LUNARSABER podría elevarse efectivamente desde su propia base, doblando bandas de metal enrolladas en tubos cilíndricos imponentes. Esto significa que una nave espacial sólo tendría que preocuparse de llevar la base del dispositivo a la luna, con la torre real enrollada en su interior.
El proyecto aún se encuentra en las primeras etapas de desarrollo aquí en la Tierra, pero es una de las aproximadamente una docena de iniciativas elegidas por DARPA para su Estudio de Capacidad de Arquitectura Lunar de 10 años (LunA-10), que la agencia lanzó el año pasado. Parece inevitable que se avecina una nueva era con influencia humana para la Luna, pero al menos si proyectos como LUNARSABER llegan a buen puerto, no será una era oscura.
Fuente: Live Science.