En 1945, los médicos de la India informaron sobre un nuevo tipo de cáncer de piel, caracterizado por cicatrices engrosadas que podían derivar en lesiones malignas. Lo llamaron “cáncer dhoti”, una prenda tradicional masculina de la India que se envuelve alrededor de la cintura. Resulta que el sari, el equivalente femenino, podría estar poniendo a millones de mujeres en mayor riesgo de cáncer.
Un sari (o saree) es una prenda tradicional que usan las mujeres en el sur de Asia, especialmente en la India, Bangladesh y Sri Lanka. Es esencialmente una pieza de tela larga y sin coser, que mide típicamente entre 5 y 9 metros, que se envuelve alrededor del cuerpo en varios estilos. El sari generalmente se envuelve alrededor de la cintura, con un extremo sobre el hombro, a menudo dejando al descubierto el abdomen. Se usa con una blusa ajustada (choli) y una falda interior o enagua.
Los saris vienen en una amplia gama de colores, tejidos y diseños, vinculados con la herencia cultural y la identidad social de quien los lleva, pero todos se aseguran sobre una falda o enagua hasta los tobillos. La enagua suele estar atada muy apretada alrededor de la cintura con un cordón, y ahí radica el problema.
Un estudio de caso de 2014 presentó un tipo de cáncer “raro” causado por esta prenda. Ahora, los investigadores dicen que este problema podría estar más extendido.
Presión constante
El estudio fue dirigido por Kaveri Russia, del Jawaharlal Nehru Medical College en la India. El equipo sostiene que la presión constante causa una herida que nunca tiene tiempo de sanar y, con el tiempo, puede convertirse en cáncer.
“La presión constante en la cintura a menudo conduce a una atrofia cutánea, que finalmente se descompone para formar una erosión o una úlcera. La úlcera en este sitio no se cura por completo debido a la presión constante de la ropa ajustada. El resultado es una herida crónica que no cicatriza, que puede desarrollar un cambio maligno”, escriben los autores del estudio.
El primer caso que describen los investigadores es el de una mujer de 70 años que tenía una dolorosa úlcera cutánea que no cicatrizaba. La piel de la zona había perdido su pigmentación y se confirmó que se trataba de un tipo de cáncer. Un segundo estudio encontró un problema similar en otra mujer de unos 60 años.
Ambas llevaban la enagua del sari apretada, casi todos los días, durante décadas. Es esta estrechez la que probablemente esté causando el problema, señalan los investigadores en el estudio.
“En la literatura, estas lesiones cutáneas, incluida la transformación maligna, se han descrito como ‘cánceres del sari’, pero es la estrechez del cordón atado alrededor de la cintura lo que provoca una inflamación crónica que puede dar lugar a una transformación maligna”.
Los saris están bien, pero no los lleves tan apretados
Los investigadores mencionan que es la enagua, la prenda interior, la que parece estar causando el problema. Entonces, no es que no debas usar un sari, es que si la enagua es demasiado apretada y la usas todo el tiempo, puede convertirse en un problema. Incluso lo llaman cáncer de “enagua” en lugar de cáncer de sari.
El equipo también señala que el proceso a través del cual ocurren estos cánceres no se entiende perfectamente. Se necesita más investigación para evaluar el riesgo adecuadamente.
“El proceso exacto por el cual las úlceras o heridas crónicas se vuelven malignas es desconocido, aunque se han propuesto muchas teorías”, escriben. “Se ha demostrado que cada lesión cutánea que está continuamente irritada (inflamada crónicamente) tiene un mayor riesgo de desarrollar una transformación maligna”.
No está claro cuán significativo es el riesgo que plantea el sari. La gran mayoría de las células de cáncer de piel se originan por otras causas. Sin embargo, los investigadores dicen que esto es algo de lo que las personas que usan sari (y dhoti) deberían ser conscientes. Los pacientes también dicen que esperan que su experiencia inspire a otros a prestar más atención a este problema.
“Este ha sido un viaje psicológica y físicamente agotador. “Esto demuestra la importancia de prestar atención a los cambios crónicos de la piel y buscar asesoramiento médico de forma temprana. Espero que mi historia concientice a las mujeres sobre los posibles riesgos para la salud asociados con las prácticas de vestimenta tradicional y fomente la consulta médica oportuna en caso de afecciones cutáneas inusuales”, señaló una de las pacientes.
El estudio fue publicado en el British Medical Journal.
Fuente: ZME Science.