Unas nuevas y radicales fotografías muestran a la estrella no muerta que formó la “Nebulosa de la Guitarra” disparando un chorro épico parecido a un lanzallamas que gira a lo largo de una de las cuerdas magnéticas de nuestra galaxia. El soplete cósmico, que contiene partículas de antimateria creadas a partir de energía pura, está ayudando a los científicos a aprender más sobre el espacio entre las estrellas, dice la NASA.
La Nebulosa de la Guitarra es una nube gigante de gas hidrógeno ubicada a unos 6.500 años luz de la Tierra en la Vía Láctea que se formó a raíz del colapso del púlsar B2224+65a, una estrella de neutrones que gira rápidamente y que quedó del colapso de una estrella masiva. La masa de forma inusual es una “onda de proa”, compuesta de material expulsado de B2224+65 por los vientos estelares mientras el púlsar se mueve a través del espacio, como la ola creada alrededor de la parte delantera de un barco cuando se mueve a través del agua. Desde la Tierra, parece un simple instrumento acústico. Pero en realidad, es una masa caótica y sin forma que fluye detrás de la estrella muerta.
La nebulosa fue descubierta por primera vez en 1993. Desde entonces, los científicos han determinado que el púlsar gira a unos 5,76 km/h (3,6 millones de mph). Como resultado, también está expulsando un chorro de energía gigante similar a un lanzallamas, de unos 2 años luz (19 billones de kilómetros) de longitud. El chorro sale del púlsar perpendicularmente a la Nebulosa de la Guitarra, lo que hace que parezca que el torrente de fuego emerge de la cabeza del instrumento.
Los chorros del púlsar se crean por una combinación del rápido giro de la estrella no muerta y los intensos campos magnéticos, que son miles de veces más fuertes que el campo magnético de la Tierra. Esta mezcla de factores acelera las partículas y las lanza a lo largo de los polos magnéticos del objeto, lo que también genera rayos de radiación electromagnética, principalmente en forma de rayos X.
La energía de estos chorros es tan alta que parte de la radiación se transforma en materia a través de la ecuación E=mc2 de Albert Einstein, que nos mostró que la materia y la energía son dos caras de la misma moneda. Cuando esto sucede, la energía se transforma en pares de electrones y positrones, las contrapartes de antimateria con carga positiva de los electrones.
Estos pares de partículas salen disparados al espacio y fluyen a lo largo de líneas de campo magnético gigantes que impregnan el medio interestelar: materia y radiación que existe en el espacio entre las estrellas dentro de una galaxia. Si alguna vez chocan entre sí, se destruirán mutuamente a través de un proceso conocido como aniquilación y volverán a convertirse en energía.
Si bien la Nebulosa de la Guitarra y el chorro “lanzallamas” no están conectados directamente entre sí, un estudio de 2022 que utilizó datos de Chandra y el Telescopio Espacial Hubble reveló que las variaciones en el medio interestelar que alteran la forma de la nebulosa también afectan la salida del chorro. Como resultado, los investigadores esperan que continuar estudiando este púlsar brinde nuevos conocimientos sobre el misterioso medio que impregna toda nuestra galaxia.
Fuente: Live Science.