¿Qué tan caliente es la Luna? Nueva misión de la NASA está a punto de averiguarlo

Astronáutica

La Luna puede ser el vecino más cercano de la Tierra, pero aún guarda muchos secretos bajo su superficie polvorienta. Si bien los humanos pisaron la Luna por primera vez hace más de 50 años, nuestra comprensión de la estructura interna y la historia térmica de la Luna sigue siendo incompleta. Ahora, con el programa Artemis de la NASA apuntando a establecer una presencia humana sostenible, un nuevo instrumento innovador podría revolucionar la forma en que planeamos vivir y trabajar en la Luna. Aquí es donde entra en juego la nueva herramienta.

Calor en la Luna
El LISTER (Instrumentación Lunar para la Exploración Térmica Subsuperficial con Rapidez), programado para ser enviado a la superficie lunar en 2025, medirá el flujo de calor desde el interior de la Luna, lo que ayudará a los científicos a comprender cómo se formó nuestro satélite de 4.500 millones de años, cómo se enfrió y cómo evolucionó su interior. La investigación moderna, basada en muestras de Apolo y datos de misiones como GRAIL (Laboratorio de Recuperación de Gravedad e Interior) de la NASA, muestra que la Luna no es solo una roca fría e inerte. Tiene un interior complejo, que incluye un núcleo interno sólido rodeado por un núcleo externo fundido. Al analizar cómo viaja el calor a través del material de la superficie de la Luna (regolito), los científicos pueden inferir procesos térmicos más profundos que se remontan a los orígenes fundidos de la Luna.

El LISTER está diseñado para perforar el suelo lunar, llamado regolito, hasta aproximadamente tres metros, recopilando datos térmicos en múltiples intervalos. El instrumento medirá dos aspectos diferentes del flujo de calor: gradiente térmico (cómo cambia la temperatura con la profundidad) y conductividad térmica (la capacidad del material del subsuelo para dejar pasar el calor).

Sin embargo, no se trata de una tarea sencilla. El regolito de la Luna es una capa fina y polvorienta formada por innumerables impactos a lo largo de milenios. Los granos de polvo son irregulares y abrasivos, lo que dificulta la perforación y las mediciones del subsuelo. El sistema de excavación neumática de LISTER aborda este problema mediante el uso de ráfagas controladas de gas para limpiar el material y hacer avanzar de manera constante la perforadora.

Toma de la temperatura de la luna
Cada medio metro, se insertará un delicado sensor en forma de aguja en el suelo intacto para medir la temperatura. Dentro de este sensor, un termómetro de resistencia de platino registra la temperatura natural del suelo durante 30 a 60 minutos. Si se repite este proceso varias veces, se obtendrá un perfil detallado del flujo de calor del suelo lunar.

“Al realizar mediciones similares en varios lugares de la superficie lunar, podemos reconstruir la evolución térmica de la Luna”, dijo Seiichi Nagihara, investigador principal de la misión y profesor de geofísica en Texas Tech. “Eso permitirá a los científicos rastrear los procesos geológicos que dieron forma a la Luna desde su inicio como una bola de roca fundida, que gradualmente se enfrió al liberar su calor interno al espacio”.

Estos conocimientos no son solo académicos: son vitales para la exploración futura. El programa Artemis tiene como objetivo que los humanos regresen a la Luna, establezcan bases y se preparen para misiones a Marte y más allá. Saber cómo se comporta el calor debajo de la superficie de la Luna podría influir en los planes para hábitats subterráneos, extracción de recursos e instalaciones científicas a largo plazo. Si las técnicas de LISTER tienen éxito, también podrían allanar el camino para misiones similares en Marte y otros planetas.

Fuente: ZME Science.

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