Un simple test de sangre podría revelar la probabilidad de que el melanoma regrese, sugiere estudio

Salud y medicina

Un simple análisis de sangre podría revelar quién tiene un alto riesgo de recurrencia del cáncer de piel después de una cirugía de extirpación del tumor. La prueba puede detectar fragmentos de ADN tumoral con una simple extracción de sangre para revelar la presencia persistente de melanoma en estadio III (una forma metastásica del cáncer de piel más mortal) que no se puede detectar con tomografías computarizadas. Aunque la prueba no es perfecta, podría ayudar a identificar a los pacientes que necesitan un tratamiento intensivo debido a la probabilidad de reaparición del cáncer.

“Estamos pensando en utilizar la prueba para monitorear a los pacientes a lo largo del tiempo (quizás cada mes o cada dos meses durante los primeros 1 a 3 años después de la cirugía) para obtener una indicación temprana de que el melanoma está recurriendo”, dijo a Live Science en un correo electrónico el autor principal del estudio, el Dr. David Polsky, oncólogo dermatólogo de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York.

Si la prueba mostrara signos de ADN tumoral, continuó Polsky, el médico podría optar por utilizar técnicas de imágenes más avanzadas para buscar tumores pequeños y fáciles de pasar por alto, o podría pasar a un régimen de tratamiento más agresivo que utilice una combinación de medicamentos contra el cáncer en lugar de solo uno, por ejemplo. El melanoma es un cáncer de los melanocitos, un tipo de célula pigmentada de la piel. Representa solo el 1% de los cánceres de piel, pero causa la mayor cantidad de muertes por cáncer de piel debido a su rápida propagación a otros órganos o metástasis. La detección temprana es una de las mejores maneras de aumentar la probabilidad de supervivencia.

Polsky y sus colegas se centraron en el melanoma en estadio III, que se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos, donde se producen y almacenan las células inmunitarias. Los médicos realizan una cirugía para extirpar la mayor cantidad posible de cáncer antes de iniciar la medicación para eliminar las células tumorales restantes.

Los pacientes se someten a tomografías computarizadas para detectar cualquier signo de recurrencia, pero algunos presentan diminutos depósitos de melanoma que son demasiado pequeños para ser detectados por la tomografía. Para detectar estos depósitos de forma temprana, Polsky y su equipo recurrieron al ADN tumoral circulante, o ADNtc. Estos son fragmentos de ADN liberados por las células tumorales durante su ciclo de vida normal. Los fragmentos circulan en el plasma (la porción líquida de la sangre) y pueden detectarse mediante mutaciones reveladoras exclusivas del cáncer.

Como parte de un ensayo clínico más amplio sobre una combinación de medicamentos contra el cáncer, el equipo de investigación estudió muestras de sangre de 597 pacientes que se habían sometido recientemente a cirugía. A los participantes también se les tomaron muestras de sangre de seguimiento tres, seis, nueve y doce meses después de iniciar el tratamiento o de recibir un placebo.

Inmediatamente después de la cirugía, el 13% de los pacientes presentó niveles detectables de ADNct en el plasma sanguíneo. Todos estos pacientes experimentaron una recurrencia del cáncer, según los investigadores. Los pacientes también fueron más propensos a sufrir una reaparición del melanoma cuando sus niveles de ADNct aumentaron durante las pruebas de seguimiento o si se mantuvieron elevados durante el transcurso de las pruebas.

La presencia de ctADN predijo la reaparición del cáncer en el 100 % de los casos. Ningún paciente con una prueba positiva evitó una recaída de melanoma. Sin embargo, la ausencia de ctADN no significó que los pacientes estuvieran a salvo. Una prueba negativa acertó el 71% de los casos al predecir que el cáncer no reaparecería. Sin embargo, algunos pacientes sin ctADN detectable experimentaron una recurrencia.

“Las pruebas son muy precisas cuando son positivas, pero no tan precisas cuando son negativas”, dijo Polsky.

Los resultados del estudio se publicaron el 15 de abril en la revista The Lancet Oncology. El siguiente paso, según Polsky, es poner la prueba a disposición de un laboratorio de patología molecular clínica, donde pueda utilizarse para tomar decisiones sobre el tratamiento. Un ensayo clínico podrá entonces demostrar si el uso del análisis de sangre produce mejores resultados que su ausencia, una medida denominada “utilidad clínica”.

“Demostrar la utilidad clínica de la prueba sería un gran avance para el tratamiento de pacientes con melanoma cuya enfermedad se ha propagado más allá de la piel”, afirmó Polsky.

Fuente: Live Science.

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