Tocar el piano implica mucho más que golpear el teclado. Todo el cuerpo del pianista está en movimiento, desde el torso hasta los dedos. Pero ¿cómo la expresión musical generada por esta coreografía aumenta el riesgo de lesiones autoinfligidas a largo plazo?
Buscando responder esa misma pregunta, el candidato a doctorado Craig Turner y su director de investigación, Felipe Verdugo, de la Escuela de Kinesiología y Ciencias de la Actividad Física de la UdeM, se propusieron deconstruir la biomecánica de la interpretación de dos pianistas profesionales. Su investigación es aún más relevante si tenemos en cuenta que el 72% de los pianistas sufren trastornos musculoesqueléticos, según las estadísticas citadas en su artículo publicado en Frontiers in Psychology.
Cognición encarnada
Para determinar cómo se manifestaba la cognición encarnada —es decir, cuándo hay una influencia mutua entre los pensamientos y las reacciones corporales— en los dos pianistas, los investigadores equiparon a cada uno de ellos con 17 sensores de movimiento.
Luego, los músicos interpretaron seis extractos de obras clásicas y románticas bajo dos condiciones de interpretación muy diferentes: una lectura expresiva, comparable a un concierto en vivo, y otra más “neutral”, en la que se les dijo a los músicos que tocaran estrictamente lo que estaba escrito en la partitura, sin permitir ninguna interpretación personal.
Los sensores (conocidos como unidades inerciales) se utilizaron para analizar tres criterios específicos: la amplitud de los movimientos articulares de los pianistas, las posturas que adoptaron y la suavidad de los movimientos de sus muñecas.
El objetivo era estudiar los movimientos articulares en el contexto de dos estilos de interpretación que los pianistas utilizan realmente en su obra.
“Al hacerlo, fuimos más allá de los estudios anteriores, que normalmente se conformaban con medir los movimientos corporales lineales, en lugar de los ángulos del movimiento de cada articulación”, dijo Verdugo, quien se especializa en análisis del movimiento y biomecánica.
Movimiento amplificado pero riesgos contradictorios
Como era de esperar, los resultados indican que cuando los pianistas tocan expresivamente, sus cuerpos también experimentan mayor movimiento, no solo en las articulaciones centrales (hombros, cuello, torso), sino también en las externas (codos, muñecas). Esta amplificación afecta a casi todos los movimientos articulares medidos por los investigadores, lo que ilustra cómo la expresión musical se manifiesta físicamente en todo el cuerpo.
Sin embargo, este exceso de expresión tiene efectos contradictorios en cuanto a posibles riesgos para la salud física de los músicos. Por un lado, el core adopta posturas más dinámicas y neutras, lo que podría reducir el riesgo de trastornos musculoesqueléticos en esta región. Por otro lado, las muñecas —particularmente vulnerables en los pianistas— pasan más tiempo en posiciones no neutras y estáticas, lo que podría aumentar el riesgo de lesiones.
“También descubrimos que los movimientos de muñeca se vuelven más bruscos y menos fluidos cuando los pianistas tocan expresivamente, especialmente en pasajes más líricos”, señalan los investigadores en su estudio. “Esto podría constituir un factor de riesgo adicional, ya que las sacudidas implican cambios más rápidos en las fuerzas ejercidas sobre las articulaciones”.
En opinión de los investigadores, estos riesgos no son insignificantes, dado que el uso excesivo o inadecuado de la muñeca puede provocar patologías como tendinitis o síndrome del túnel carpiano. «Estos trastornos, tan comunes entre los músicos, podrían perjudicar la carrera de un pianista si no se tienen en cuenta estos factores en las rutinas de práctica y las medidas de prevención», advierten.
El contexto musical es decisivo
El estudio también revela que el tipo de música influye significativamente en el impacto de la expresión en los movimientos articulares. En pasajes virtuosos muy rápidos, las diferencias en la fluidez de los movimientos articulares asociadas a ambos estilos interpretativos tienden a disminuir.
“Es como si las limitaciones técnicas de estos pasajes dejaran menos espacio para las variaciones de movimiento asociadas con una interpretación más expresiva”, dijo Turner.
El siguiente ejemplo ilustra esta paradoja: cuando los pianistas tocaron un pasaje virtuoso con notas rápidas y separadas en la mano izquierda, no se observaron diferencias en la suavidad de los movimientos de la muñeca entre los dos estilos de interpretación.
Los investigadores creen que este hallazgo podría proporcionar una perspectiva potencial de las interacciones entre los requisitos de desempeño técnico y expresivo.
Mejor prevención de lesiones
Al compartir sus datos, Turner y Verdugo esperan subrayar la importancia de adoptar un enfoque holístico de la práctica pianística, que refleje las demandas conflictivas de la expresión musical y la salud física. Su investigación también podría tener implicaciones importantes para la enseñanza del piano y la prevención de lesiones.
«Tradicionalmente, ciertas escuelas de enseñanza del piano abordaban la expresión musical y la técnica por separado», explican en su artículo. «Nuestro estudio sugiere, sin embargo, que ambos aspectos están intrínsecamente vinculados, biomecánicamente hablando.
“Así, los profesores de piano podrían modificar su enfoque, evitando disociar esos aspectos y, al mismo tiempo, monitoreando cómo los estudiantes gestionan la mecánica corporal, dependiendo del tipo de música que se esté interpretando”.
Los datos también muestran que los esfuerzos por adoptar un enfoque más ergonómico en el entrenamiento pianístico para minimizar la tensión corporal deben adaptarse a las necesidades de expresión musical de los estudiantes. Se podrían utilizar ejercicios para asegurar una postura correcta y movimientos fluidos de la muñeca para reducir los riesgos musculoesqueléticos.
Los investigadores concluyen que «Los pianistas que buscan conciliar un rendimiento de alto nivel con una buena salud deben ser conscientes de la importancia de gestionar adecuadamente los movimientos». «Integrar ejercicios de movilidad, estiramientos adaptados y conciencia corporal en las rutinas de práctica podría marcar una gran diferencia. Recurrir a expertos en biomecánica o ergonomía musical también podría ayudar a prevenir lesiones agudas y crónicas».
Fuente: Medical Xpress.