Una superbacteria que comúnmente causa infecciones en los hospitales puede alimentarse del plástico usado en intervenciones médicas, lo que potencialmente la vuelve aún más peligrosa, según descubrió un estudio pionero a nivel mundial. La bacteria es una especie llamada Pseudomonas aeruginosa, que se encuentra comúnmente en ambientes hospitalarios y puede causar infecciones potencialmente mortales en los pulmones, el tracto urinario y la sangre.
Ahora, científicos han analizado una cepa de esta bacteria de la herida de un paciente hospitalizado, lo que reveló una sorprendente capacidad que podría permitirle persistir en superficies y en pacientes durante más tiempo: su capacidad para descomponer los plásticos biodegradables utilizados en prótesis, suturas e implantes. Los investigadores publicaron sus hallazgos el 7 de mayo en la revista Cell Reports.
“Esto significa que debemos reconsiderar la existencia de patógenos en el entorno hospitalario”, declaró Ronan McCarthy , autor principal del estudio y profesor de ciencias biomédicas de la Universidad Brunel de Londres. “Los plásticos, incluidas las superficies de plástico, podrían ser alimento para estas bacterias. Los patógenos con esta capacidad podrían sobrevivir durante más tiempo en el entorno hospitalario. Esto también significa que cualquier dispositivo o tratamiento médico que contenga plástico podría ser susceptible a la degradación bacteriana”.
El estudio de laboratorio del equipo plantea la necesidad de realizar más investigaciones para comprender mejor cómo esta capacidad de comer plástico afecta al insecto en entornos hospitalarios realistas, en los que existen protocolos de limpieza específicos para ayudar a prevenir la exposición de los pacientes y los instrumentos médicos a las bacterias. Se cree que P. aeruginosa evolucionó rápidamente durante los últimos 200 años para infectar a los humanos cuando comenzaron a vivir en áreas densamente pobladas, especialmente entre aquellos con pulmones debilitados debido a la contaminación del aire.
Desde entonces, muchas cepas de la bacteria han desarrollado resistencia a una amplia variedad de antibióticos. Estos microbios resistentes pueden contaminar catéteres y dispositivos de ventilación, lo que convierte a P. aeruginosa en una causa común de infecciones hospitalarias, especialmente entre pacientes vulnerables. P. aeruginosa está asociada a aproximadamente 559.000 muertes al año a nivel mundial, la mayoría de las cuales están asociadas con la resistencia a los antimicrobianos. Sin embargo, aún no está claro cómo las bacterias pueden prosperar en ambientes hospitalarios aparentemente estériles.
Para investigar, los investigadores tomaron una muestra de la herida de un paciente en un hospital británico y la analizaron. El análisis reveló que la bacteria puede producir una enzima llamada Pap1. Esta enzima es capaz de descomponer el plástico policaprolactona (PCL), comúnmente utilizado en suturas, apósitos, mallas quirúrgicas y otros equipos médicos, y liberar el carbono del plástico, del cual P. aeruginosa puede alimentarse.
Para comprobar si esta enzima es realmente responsable de la descomposición del plástico, los científicos insertaron el gen que codifica para Pap1 en la bacteria Escherichia coli y descubrieron que, al expresar la enzima, esta también era capaz de descomponer el PCL. El equipo confirmó aún más la función de la enzima en la descomposición del plástico al eliminar el gen que la codifica en una variante de P. aeruginosa, lo que permitió que el microbio ya no pudiera disolver el plástico.
La capacidad de la bacteria para masticar plástico no solo parece proporcionarle una fuente de alimento, sino que también la hace peligrosamente resistente a los tratamientos. Esto se debe a que la bacteria utiliza fragmentos de plástico para formar biopelículas más resistentes (estructuras con recubrimientos protectores que protegen a las superbacterias de los antibióticos), según descubrieron los investigadores.
Los científicos también identificaron enzimas similares en otras bacterias, lo que significa que otros plásticos médicos ampliamente utilizados podrían brindar sustento y mayor resiliencia a superbacterias adicionales, posiblemente contribuyendo a las infecciones adquiridas en el hospital. Para dar seguimiento a esto, los investigadores han pedido una investigación urgente sobre la prevalencia de las enzimas que devoran plástico entre otros patógenos, y que los expertos reconsideren los plásticos que usan en entornos médicos y las formas en que monitorean los entornos hospitalarios.
“El plástico está omnipresente en la medicina moderna, y resulta que algunos patógenos se han adaptado para degradarlo”, dijo McCarthy. “Necesitamos comprender el impacto que esto tiene en la seguridad del paciente”.
Fuente: Live Science.