La pesca con drones ya está aquí y podría ser un problema

Medio ambiente

Según un nuevo estudio, la pesca con drones ha cobrado gran popularidad en países como Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia. Esta práctica, escasamente documentada, podría suponer un riesgo para diversos peces, incluidos los tiburones, escribe Alexander Claus Winkler, de la Universidad de Rhodes.

Esta práctica prácticamente no está regulada, con una notable excepción: Sudáfrica. Sin embargo, también se está extendiendo en Nueva Zelanda y Australia.

Cómo sabemos que está sucediendo

La pesca con drones consiste en usar drones para lanzar líneas con cebo mucho más allá de lo que se puede lograr lanzando desde la orilla. El dron transporta la línea, el cebo y el anzuelo a zonas de agua específicas. Estas zonas suelen ser difíciles de alcanzar, como aguas más profundas o zonas más allá del oleaje. Una vez posicionada la línea, el pescador suelta el cebo y espera a que pique un pez. Los drones equipados con cámaras también pueden ayudar a detectar bancos de peces o lugares ideales para pescar, aumentando las probabilidades de éxito.

Los orígenes de esta práctica se remontan a mediados de la década de 2010, cuando los drones se volvieron más accesibles. A medida que los pescadores recreativos comenzaron a experimentar con drones y tuvieron éxito, la noticia se extendió rápidamente. En 2016, un popular video de YouTube de un pescador capturando un atún de aleta larga con un dron desde una playa australiana desató un gran interés. Para finales de ese año, las búsquedas en línea relacionadas con la pesca con drones habían aumentado un 357%.

El auge del interés fue confirmado por plataformas de seguimiento como Google Trends y grupos especializados en redes sociales, donde miles de usuarios comparten regularmente videos, consejos y experiencias exitosas con la pesca con drones. Algunos grupos de Facebook cuentan con más de 17,000 miembros y suben cientos de videos de pesca con drones cada mes.

El interés se ha mantenido constante durante los últimos 5-6 años, pero no hay mucho reconocimiento político ni investigación al respecto. En resumen, no comprendemos realmente la extensión de este fenómeno ni sus efectos.

Problemas en Sudáfrica

Una de las principales preocupaciones en torno a la pesca con drones es su potencial para exacerbar la sobrepesca, especialmente en regiones donde las poblaciones de peces ya están bajo presión. El estudio rastreó el auge de la pesca con drones y analizó 100 videos de YouTube de los tres países con mayor interés. Los hallazgos revelaron que, si bien los pescadores recreativos de Nueva Zelanda y Australia suelen pescar pargo rojo, la situación en Sudáfrica es marcadamente diferente. Actualmente, el pargo rojo no enfrenta grandes problemas de conservación. Mientras tanto, en Sudáfrica, el 97% de las capturas observadas en videos de pesca con drones fueron tiburones. Esto incluyó especies como el tiburón arenero, que se encuentran en grave peligro de extinción.

En general, la pesca con drones no debería tener un impacto tan grande. Sin embargo, para una especie que ya está amenazada, incluso pequeñas diferencias pueden tener efectos en cascada en los ecosistemas.

Los tiburones desempeñan un papel fundamental como superdepredadores. Su presencia contribuye a mantener el equilibrio de las especies que se encuentran por debajo de ellos en la cadena alimentaria. La sobrepesca de las poblaciones de tiburones puede tener un efecto dominó que perturba ecosistemas marinos enteros. Aun así, los tiburones son un objetivo frecuente en la pesca con drones en Sudáfrica debido a su gran tamaño y su desafío. La práctica también puede exacerbar los problemas entre la comunidad pesquera de Sudáfrica.

Se estima que la extensa costa sudafricana, de 2.850 kilómetros, alberga a 400.000 pescadores costeros. Muchos de ellos pescan para subsistir o para complementar sus ingresos familiares. Además, alrededor de 2.400 pescadores artesanales en embarcaciones y 30.000 pescadores costeros dependen de la pesca con línea para mantener a sus familias. La pesca con drones, practicada principalmente por pescadores recreativos más adinerados, tiene el potencial de exacerbar los conflictos.

¿Podemos regular la pesca con drones?

Imagen de dron. Imagen vía Wiki Commons.

A medida que los drones permiten a los pescadores capturar más peces en menos tiempo, es probable que se intensifique la competencia por los recursos marinos. Sin una regulación adecuada, esto podría afectar aún más las poblaciones de peces, marginando a los pescadores tradicionales y exacerbando las desigualdades dentro de las comunidades costeras. Fueron algunos de los autores del estudio quienes comunicaron los hallazgos al gobierno.

En 2022, el gobierno de Sudáfrica emitió un aviso público advirtiendo a los pescadores que el uso de drones para pescar era ilegal según la Ley de Recursos Marinos Vivos. Esta es probablemente la primera ley de la historia relacionada con la pesca con drones.

Sin embargo, esta medida desencadenó una batalla legal. Ya habían surgido varias empresas que personalizaban drones para la pesca, y estas empresas presentaron una apelación, pero esta fue denegada y la prohibición se confirmó. El Tribunal Supremo de Apelaciones también confirmó la prohibición y actualmente es ilegal que los pescadores recreativos utilicen drones o embarcaciones teledirigidas para ayudarse a pescar en Sudáfrica.

En cambio, Nueva Zelanda no ha introducido una prohibición a nivel nacional. La pesca con drones sigue siendo legal allí, siempre que los pescadores cumplan las normas de la Autoridad de Aviación Civil, las regulaciones de pesca y las restricciones locales. Si bien actualmente no existe una iniciativa de conservación para prohibirla (sobre todo porque la principal especie objetivo, el pargo rojo, no está en peligro de extinción), algunos grupos ambientalistas han advertido que la falta de una política específica podría dejar los ecosistemas vulnerables si la práctica se extiende significativamente.

Sin embargo, a nivel mundial, la práctica de la pesca con drones sigue sin ser reconocida. Con la creciente popularidad de los drones, este tipo de pesca podría exacerbar las presiones existentes sobre las poblaciones de peces, aumentar los conflictos entre pescadores recreativos y tradicionales, y amenazar los ecosistemas marinos. Sin embargo, con las políticas adecuadas, también podría ser una parte emocionante y sostenible del futuro de la pesca.

¿Hacia dónde se dirige la pesca con drones?

Si bien el debate actual se centra en si debería permitirse la pesca con drones (o al menos regularse más estrictamente), la tecnología en sí avanza a pasos agigantados. Los fabricantes ya no se limitan a modificar drones de consumo, sino que construyen vehículos aéreos no tripulados (UAV) específicos para la pesca, con carrocerías impermeables, gran capacidad de carga y detección de peces asistida por IA. Los modelos especializados parecen ser especialmente populares en Nueva Zelanda, donde pueden transportar hasta dos kilogramos de cebo, resistir la niebla salina y regresar a las mismas coordenadas GPS con precisión centimétrica.

Para los pescadores recreativos, esto implica mucho más que lances más largos. Cámaras de alta resolución, transmisiones de video en vivo e integración con GPS permiten a los operadores explorar vastas extensiones de costa en minutos, identificando estructuras submarinas, bancos de peces carnada y cambios de profundidad invisibles desde la orilla. Estas mismas herramientas se están adaptando para el monitoreo de la acuicultura, el mapeo de hábitats e incluso la vigilancia de la pesca ilegal.

En cierto modo, la pesca con drones es un ejemplo extremo de la “influencia tecnológica”, la tendencia a que las nuevas herramientas hagan que la captura de fauna silvestre sea más eficiente y, potencialmente, más destructiva. En la pesca comercial, aumentos similares en la eficiencia han llevado históricamente a la sobrepesca, a menos que se acompañen de medidas de gestión sólidas. La pesca con drones permite a los pescadores localizar lugares que antes servían de refugios seguros para los peces, lo que podría destruir esos refugios naturales. Y si bien los drones pueden reducir la necesidad de embarcaciones que queman combustible, también generan nuevas huellas ambientales, desde el desperdicio de baterías hasta la perturbación de la fauna silvestre.

El futuro podría traer cambios aún más radicales. Los desarrolladores están experimentando con drones solares que pueden mantenerse en el aire durante horas, modelos conectados por fibra óptica para comunicaciones seguras e incluso sistemas de pesca en enjambre, donde varios drones trabajan juntos para explorar y desplegar cebos. Que estas innovaciones se conviertan en herramientas para la pesca sostenible o en aceleradores del agotamiento de los recursos dependerá de la rapidez con la que se implementen las políticas.

Como sugiere el estudio, este es un momento excepcional en el que la tecnología, la recreación y la conservación convergen en tiempo real. La pregunta no es sólo si podemos pescar más lejos y más rápido, sino si deberíamos hacerlo.

El estudio fue publicado en la revista Ambio.

Nota de la fuente: Este artículo se publicó originalmente el 17 de octubre de 2024 y ha sido editado para incluir más información.

Fuente: ZME Science.

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