Por primera vez, los astrónomos han captado el momento en el que la llamarada de un agujero negro supermasivo desencadena un poderoso viento que se extiende hacia el espacio a velocidades relativistas.
El llamado flujo ultrarrápido, o UFO, se registró alcanzando velocidades del 19% de la velocidad de la luz en el vacío: unos 57 000 km/s. No es el flujo más rápido jamás registrado, pero sí la primera observación del inicio y la evolución de la llamarada de un agujero negro supermasivo y del UFO que desencadenó.
“Nunca antes habíamos observado un agujero negro generar vientos con tanta rapidez”, afirma el astrónomo Liyi Gu, de la Organización de Investigación Espacial de los Países Bajos (SRON). “Por primera vez, hemos visto cómo una rápida ráfaga de rayos X procedente de un agujero negro desencadena inmediatamente vientos ultrarrápidos, que se forman en un solo día”.

La galaxia NGC 3783 es una hermosa galaxia espiral barrada ubicada a unos 130 millones de años luz de distancia, orientada con su lado ancho directamente hacia la Tierra, lo que nos da una vista perfecta del agujero negro supermasivo activo en su centro. Ese agujero negro es relativamente modesto para el rango de tamaño supermasivo, con aproximadamente 28 millones de veces la masa del Sol, pero está devorando material a un ritmo tremendo, lo que hace que el centro galáctico brille y parpadee mientras el polvo y el gas alrededor del agujero negro interactúan en su poderoso entorno gravitacional.
Esta llamarada específica, registrada en rayos X utilizando el XMM-Newton de la ESA y el XRISM dirigido por la JAXA, fue probablemente el resultado de un filamento del campo magnético exterior del agujero negro que se rompió y se reconectó: el mismo motor que desata poderosas llamaradas de energía en el Sol, pero a una escala mucho mayor.
El evento, detectado en julio de 2024, es, por lo tanto, el equivalente a una llamarada solar en un agujero negro supermasivo. Los investigadores registraron un aumento considerable de rayos X duros, seguido de un pico de rayos X blandos, consistente con una llamarada.
Luego, en aproximadamente 12 horas, detectaron una señal consistente con un flujo de salida ultrarrápido, análogo a una eyección de masa coronal del Sol, en la que miles de millones de toneladas de material entrelazadas con campos magnéticos expulsados son expulsados al espacio como un estornudo. Es una observación magnífica que, una vez más, revela cuán similarmente puede comportarse el Universo en escalas dramáticamente diferentes.
“Al centrarse en un agujero negro supermasivo activo, los dos telescopios han descubierto algo que no habíamos visto antes: vientos rápidos, ultrarrápidos y provocados por erupciones que recuerdan a los que se forman en el Sol”, afirma el astrónomo de la ESA Erik Kuulkers.
“Resulta emocionante que esto sugiera que la física solar y de alta energía pueden funcionar de maneras sorprendentemente familiares en todo el Universo”.
La investigación ha sido publicada en Astronomy & Astrophysics.
Fuente: Science Alert.
