Al descubrir un tumor canceroso que amenazaba la vida de un bulldog francés de 3 meses, los veterinarios de la Universidad de Cornell en Estados Unidos no tuvieron más remedio que extirpar la mayor parte de la mandíbula inferior izquierda del cachorro. Pero cuando el joven paciente, llamado Tyson, regresó 8 semanas después de la cirugía, repetidas exploraciones óseas revelaron sorprendentemente que su mandíbula izquierda había vuelto a crecer casi por completo.
“Su caso demuestra ahora la posibilidad de una regeneración ósea completa cuando se trabaja con un paciente tan joven”, explica la veterinaria residente de cirugía bucal Alexandra Wright.
Por lo general, un procedimiento tan radical como la extirpación parcial de la mandíbula puede provocar efectos secundarios continuos debido a la estructura ósea ahora desestabilizada. Estos incluyen dolor crónico, eventual movimiento del resto de la mandíbula que provoca una desalineación de los dientes y daños futuros. Es posible que se requiera cirugía reconstructiva para prevenir esto.
Al faltarle dientes, no todos los aspectos de la anatomía de la mandíbula reaparecieron, pero suficiente parte de la mandíbula de Tyson volvió a crecer espontáneamente para proporcionarle al cachorro una mandíbula funcional. El nuevo crecimiento tiene incluso la misma longitud que su antigua mandíbula, lo que proporciona el andamiaje necesario para mantener la mandíbula y los dientes restantes en buena alineación.
“La detección temprana del tumor oral probablemente jugó un papel importante para lograr la remisión a largo plazo de la cirugía”, escriben los veterinarios en su artículo.
El tumor, que crecía cerca de sus molares inferiores izquierdos, afortunadamente aún no había invadido el periostio cercano, una membrana de nervios y vasos sanguíneos que abrazan nuestros huesos.
“Esto probablemente era imprescindible para la regeneración de hueso nuevo”, sospecha Wright, ya que la membrana también puede contener células madre.
Casos como este se han observado anteriormente en algunos niños humanos, pero este es el primer caso reportado en perros.
“Con base en la regeneración mandibular espontánea observada en este caso, los cirujanos pueden considerar monitorear la reforma total o parcial del hueso después de la mandibulectomía en perros esqueléticamente inmaduros antes de realizar una cirugía reconstructiva”, recomiendan los investigadores.
“Hay que hacer más para comprender la probabilidad de que esto ocurra en otros perros y si un rango de edad específico marca la diferencia, pero este caso documenta un resultado quirúrgico muy positivo en una situación potencialmente mortal”, explica Wright.
Si bien sus dueños todavía evitan darle comida dura, Tyson ahora disfruta comiendo y bebiendo sin ningún problema. La experiencia del afortunado cachorro es un ejemplo fascinante de cuán poderosas pueden ser las habilidades curativas de los mamíferos cuando aún somos jóvenes y vivaces.
Este informe de caso fue publicado en Frontiers in Veterinary Science.
Fuente: Science Alert.