Los pacientes cuyos síntomas de coronavirus han durado más de 100 días tienen un sobrenombre: “long-haulers”, por su traducción literal: “los transportistas largos”.
Muchos de ellos se han unido en las redes sociales en grupos de apoyo para buscar y compartir información sobre la enfermedad, dar consejos médicos y reportar la evolución de la enfermedad.
La mayoría de estos pacientes han experimentado los síntomas de la enfermedad durante varios meses: dolor en el pecho, náuseas, pérdida del gusto y el olfato y palpitaciones cardíacas. En el plano social y económico han tenido que afrontar el desempleo además de tener que ser incapacitados y aislados, también han tenido que luchar por cuidar a sus hijos o familiares.
Peggy Goroly es una paciente con coronavirus de Long Island, Nueva York. Su primer diagnóstico fue el 5 de marzo, cuando se enfermó, desarrolló síntomas como tos, fatiga y dificultad para respirar. Después se hizo la prueba de nuevo en abril y mayo, esta última salió negativa, pero por alguna razón, después de 100 días del primer diagnóstico los síntomas no desaparecieron. “Trato de correr la voz a otras personas de que deben tener mucho cuidado, esto no es una broma, todavía estoy enferma y la gente no lo puede entender”, dijo.
Según reporta el sitio web Business Insider, ellos han entrevistado a 17 pacientes de este tipo, incluyendo a Goroly, los cuales han estado tanto adentro como afuera de la sala de emergencias, muchos son jóvenes, entre los 20 y los 30. Sin embargo, ninguno sabe cómo sus síntomas han durado tanto.
Muchos de estos pacientes como Goroly han dicho que el hacer actividades cotidianas como pasear al perro, ir al supermercado o revisar el buzón terminan por lo general en una lucha para poder respirar.
Si bien el conocimiento de estos casos resulta útil tanto para los científicos como para las autoridades en el desarrollo de tratamientos y políticas efectivas respectivamente, el impacto mediático de la pandemia en general los ha relegado a un segundo plano.
Fuente: Business Insider.